Los casos que se han presentado en nuestra ciudad, los procesos de investigación contra el clero católico, ha decepcionado a los feligreses, pero aun así siguen firmes en su fe.
Con el caso del padre Juan Manuel Riojas, mejor conocido como el Padre Meño, se continúa con una larga y extensa lucha que durante años se ha mantenido para hacer justicia en pro de niños y jóvenes que sufrieron algún tipo de abuso por parte de sacerdotes pertenecientes a la Iglesia católica, ocasionando una serie de opiniones por parte de los feligreses, muchos a favor de los acusados que de las víctimas, quienes además de sobrellevar el abuso vivido, tienen que luchar contra el prejuicio de la sociedad.
Historia. "Ofelia", es uno de esos testimonios en los que se puede resaltar el poder que tiene la Iglesia hacia una comunidad, donde si bien siempre es importante destacar las buenas acciones que realiza la sociedad católica a favor de los más necesitados también es necesario señalar lo negativo que opacan esas acciones, "desde que era una niña, en mi familia, siempre se nos enseñó a respetar y mantener nuestras creencias intactas hacia la Iglesia católica, mi madre siempre fue de las personas que se levantaba a las 5 de la mañana para ir a misa de 6, nosotros vivíamos en ese entonces en Aguascalientes, yo tenía 8 años, nos hacía leer la Biblia todos los días a mí y a mis hermanos, teníamos que seguir al pie de la letra los mandamientos, los castigos siempre eran en nombre de la Iglesia, todo por nuestro bien, tuvimos una infancia y adolescencia muy condicionada por ello, no vivimos como se debía vivir por el temor a que cualquier cosa que hiciéramos íbamos a pecar, pero hasta que creces y te das cuenta de la situación es que reaccionas, ahora tengo 54 años, hace años cuando comenzó a destaparse lo de la pederastia en la Iglesia, mi madre se mantuvo firme en su lealtad a ella, lo que sucedió hasta su muerte, hace 2 años, para ella los sacerdotes fueron las víctimas de quienes los acusaron, yo ahora todavía luché contra lo que me enseñaron y contra lo que es correcto, por ello me he alejado totalmente de la Iglesia, pero en tu mente se mantiene el pensamiento de que estás haciendo mal y de que vas a ser castigado por señalar a personas que son "Santas" y que nos acercan a Dios, pero creo que no hay más ciego que el que no quiere ver, el señalamiento esta, solo que predomina lo que tradicionalmente en la familia se nos enseña, no digo que todos sean así, porque es como en todos lados, hay buenos y malos, por ejemplo hay padres de familia abusadores, pero también los hay que dan la vida por sus hijos, entonces en la Iglesia es igual, no todos son abusadores".
Ocultando la verdad. Hablar del abuso sexual infantil, continúa siendo un tabú para la sociedad, donde los niños y adolescentes, deciden callar por el temor de que sus padres no les crean, "Claudia", de 45 años, fue víctima de abuso sexual en su niñez por parte del padre de su entonces padrastro, relata que fue a la edad de 9 años cuando comenzó su infierno, "comenzó un día que mi mamá y mi padrastro se fueron a trabajar, yo me quedaba sola con mi hermanito por las tardes, lo cuidaba, vivíamos en la misma casa todos juntos, nosotras nos fuimos a vivir ahí porque era un lugar más amplio, no teníamos tantas comodidades, pues las camas estaban repartidas, yo dormía en una cama en la sala y el papá de mi padrastro en otra cama en el mismo lugar, todo esto yo lo hable un año después con un padre, era una niña, él me aconsejo no decir nada para no hacer sufrir a mi mamá, en ese momento yo creí que era lo correcto, pero con el paso de los años te das cuenta de que no fue así, muchas veces he querido ir a decirle a ese Sacerdote que por su consejo llevo una huella muy difícil de borrar, mi madre no lo sabe ni lo sabrá, pero esto hizo que le fuera perdiendo la fe a la Iglesia, se que muchos difícilmente dejarían de ser creyentes, pero no ignoren cuando alguien hable sobre un abuso, sea quien sea quien lo haya cometido".