Una técnica de autopsia desarrollada por investigadores españoles, conocida como método de muestreo de tejidos mínimamente invasivo (MITS), ha demostrado que la desnutrición y las enfermedades infecciosas son las causas subyacentes más comunes de mortalidad infantil en algunas zonas del África subsahariana y el sur de Asia.
El equipo internacional de investigadores que utilizó la herramienta para recopilar datos afirmó que sus resultados sugieren que alrededor del 82 % de las muertes infantiles eran evitables. Sus conclusiones se han publicado en JAMA Network Open.
El 99 % de todas las muertes infantiles del mundo se producen en países de ingresos bajos y medios. "Tenemos una gran laguna de conocimiento en cuanto a la comprensión de lo que está matando a la gente en las regiones de alta mortalidad como el África subsahariana", señala Quique Bassat, pediatra y profesor de investigación en el Instituto de Salud Global (ISGlobal) de Barcelona en España, a Univadis.
"Las formas de investigar las muertes son bastante imperfectas en los países de ingresos bajos y medios, sobre todo en el África subsahariana, donde los métodos de referencia, como la autopsia diagnóstica completa, rara vez se llevan a cabo. En primer lugar, la tasa de aceptación de las autopsias completas es muy baja y, en segundo lugar, hay muy pocos recursos humanos preparados para hacerlas", explicó Bassat.
Las autopsias verbales y las historias clínicas pre-mortem son a las que más se recurre para determinar las causas de la muerte de los niños en estos entornos. "Las autopsias verbales no son más que una entrevista con los familiares y son muy inexactas e inespecíficas, y no funcionan bien a nivel individual. Los historiales clínicos están disponibles en los sistemas sanitarios bien documentados, pero en los países de ingresos bajos y medios, la mayoría de las muertes se producen en domicilios ajenos al sistema sanitario", explica Bassat.
"Queríamos desarrollar un método fácil de aplicar y más accesible y aceptable para las comunidades del África subsahariana y otras regiones de renta baja. Hemos demostrado que la MITS ofrece resultados comparables a los de una autopsia completa, siendo un método mucho más sencillo. Además, la tasa de aceptación entre la población ronda el 75 %-80 %", afirma.
Bassat dirigió un equipo internacional de investigadores para probar la eficacia de la técnica MITS en 632 niños de edades comprendidas entre 1 mes y 5 años en el momento de su muerte. El equipo formaba parte del programa de vigilancia de la enfermedad, la Red de Vigilancia de la Salud y Prevención de la Mortalidad Infantil (CHAMPS). Recogieron muestras de sangre, líquido cefalorraquídeo, heces e hisopos rectales y nasofaríngeos, así como tejidos de órganos clave (cerebro, ambos pulmones e hígado). "Recomendamos que la MITS se realice en las primeras 24 horas tras producirse la muerte de un niño. Pero el plazo puede ampliarse a 72 horas si el cadáver está refrigerado", explica.
Las muestras se evaluaron mediante análisis microbiológicos para detectar la presencia de patógenos y se hicieron pruebas de detección del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), la tuberculosis y la malaria. "Tenemos una imagen muy buena de los patógenos presentes y de las pruebas histopatológicas de las lesiones que hay en los tejidos. Una combinación de estos dos tipos de información, patógenos y lesiones, es lo que impulsa nuestros diagnósticos", afirma Bassat.
Los análisis revelaron que las causas subyacentes más comunes de las muertes infantiles eran la malnutrición (16,5 %), el VIH/sida (11,9 %), la malaria (11,2 %), los defectos congénitos (10,1 %), las infecciones de las vías respiratorias inferiores (8,4 %) y las enfermedades diarreicas (7,2 %). Las afecciones maternas, como el VIH y los trastornos hipertensivos asociados al embarazo, fueron responsables del 7,9 % de las muertes infantiles. "La transmisión del VIH fue vertical en la gran mayoría de los casos", señaló Bassat.
En el 87 % de los casos se identificó un agente infeccioso como culpable. Plasmodium falciparum, Streptococcus pneumoniae y Klebsiella pneumoniae se encontraban entre los agentes infecciosos más comunes que causaron la malaria, la infección de las vías respiratorias inferiores o la sepsis que finalmente causó la muerte.
El 72,9 % de las muertes fueron el resultado de una compleja interacción entre muchos factores. Esto, según Bassat, debe tenerse en cuenta a la hora de diseñar estrategias de prevención eficaces en el futuro. "A menos que conozcamos bien los principales factores de mortalidad, no podremos definir nuestras políticas para prevenirlos".
Es importante destacar que el estudio demostró que el 78,2 % de las muertes infantiles eran evitables y que el 4,1 % podían prevenirse en determinadas condiciones. Las mejoras en el tratamiento clínico, el comportamiento de búsqueda de atención sanitaria, el acceso a la asistencia sanitaria, la educación sanitaria a nivel comunitario y un mayor apoyo nutricional podrían anular las causas subyacentes de la mortalidad infantil y reducir la mortalidad posneonatal en el futuro.
Bassat aboga por aplicar la técnica MITS en lugares clave de la comunidad que recojan datos de forma rutinaria sobre las tasas de mortalidad locales. "Los centros deberían estar asociados a centros de llamadas para que, cuando se produzca una muerte en la comunidad, se activen los centros de llamadas y se ponga en marcha un equipo de respuesta. Hemos demostrado, a través de CHAMPS, que esto puede hacerse con relativa rapidez, incluso si las muertes se producen en el hogar", dijo.