Incluso los periodos cortos de actividad física vigorosa e intermitente se asocian a un menor riesgo de cáncer, según los resultados de un estudio publicado en JAMA Oncology. Esta actividad también podría ser una intervención prometedora para la prevención del cáncer en personas a las que, de otro modo, les resulta difícil practicar ejercicio de forma regular y sostenida.
Los periodos de actividad física intermitente vigorosa son periodos cortos de actividad física extenuante, que suelen durar menos de 1 o 2 minutos, como un breve sprint hacia el autobús o subir escaleras. El estudio prospectivo de cohortes examinó una relación dosis-respuesta entre la actividad física intermitente vigorosa diaria y la incidencia del cáncer en un amplio grupo de adultos no deportistas.
Los investigadores analizaron los datos generados por los rastreadores portátiles de brazo de 22.398 personas con una edad media de 62 años del UK Biobank. La mayoría lo constituyó mujeres (54,8%). Tras un seguimiento medio de 6,7 años, correspondiente a 149.650 personas-año, determinaron la incidencia global de cáncer en esta cohorte, así como la incidencia de 13 cánceres asociados a una baja actividad física (cánceres relacionados con la actividad física).
Durante el periodo estudiado se produjeron un total de 2.356 casos de cáncer, de los cuales 1.084 estuvieron asociados a la baja actividad física. Casi toda la actividad física vigorosa (92,3%) se realizó en series de hasta 1 minuto.
Menos de 4 minutos al día es suficiente
La duración de la actividad diaria se asoció de forma casi lineal con el resultado, escribieron los investigadores dirigidos por el Dr. Emmanuel Stamatakis, de la University of Sydney, en Sídney, Australia. "Las curvas dosis-respuesta fueron más pronunciadas y la magnitud de la reducción del riesgo mayor para los cánceres asociados a una baja actividad que para la incidencia general del cáncer".
Por ejemplo, la dosis mínima de actividad física intermitente vigorosa de hasta 1 minuto para el cáncer en general fue de 3,4 minutos al día y para el cáncer asociado a una baja actividad fue de 3,7 minutos al día (hazard ratio [HR]: 0,83; intervalo de confianza [IC] de 95%: 0,73 a 0,93, y HR: 0,72; IC 95%: 0,59 a 0,88, respectivamente).
"Los resultados del estudio, con un seguimiento medio de casi siete años, sugieren que los individuos que realizaban algo menos de 4 minutos al día de actividad vigorosa esporádica tenían un riesgo 17% menor de padecer cáncer en general", indicaron Yvonne Wengström, Ph. D., y sus colaboradores en un comentario en el mismo número de JAMA Oncology.[2]
En cuanto a las formas de cáncer que pueden asociarse a una baja actividad, los investigadores hallaron una reducción del riesgo de 28% a partir de la actividad física diaria intermitente. "Incluso unos minutos de actividad física breve e intensa en personas con poca actividad en su tiempo libre pueden reducir su riesgo de cáncer", afirmaron los autores del editorial.