El gobernador de Nuevo León sostuvo que el cambio climático está afectando a gran escala a la comunidad y las lluvias pueden ser un respiro para las presas
Ante el mal pronóstico de lluvias que se tiene en el estado y la falsa alarma de precipitaciones que representó el mes de julio en la entidad, el gobernador de Nuevo León, Samuel García, recurrió a la fe, esperando que llueva lo suficiente para superar la crisis hídrica en su totalidad.
Sostuvo que el cambio climático está afectando a gran escala a la comunidad y las lluvias que se tenían previstas, pudieron ser un respiro para las presas.
'Todos los días me da rezando que se venga el agua, porque julio fue un pésimo mes.
'Tenemos un centro de pronósticos que está estudiando como doce modelos internacionales ... Todos indicaban que julio iba a ser un mes excepcional de lluvia, que iba a llover 60% más del promedio ... Eso te aliviana con madre las presas, pues no cayó una gota', expresó.
Sin embargo, declaró que un estado como Nuevo León ya no está para supersticiones ni pronósticos y recordó que la actual administración lleva a cabo las obras hídricas que debieron quedar hace décadas.
'Nuestro gran estado de Nuevo León, ya no está para andar poniendo veladoras, claro, somos creyentes y sabemos que Diosito aprieta, pero no ahorca, pero ya no andamos para estar con supersticiones y pronósticos y nos pusimos a jalar', indicó.
Y agradeció tanto a Agua y Drenaje, como al gobierno federal, a la SEDENA y Caintra el trabajo mancomunado y la inversión de al menos 13 mil millones de pesos para la construcción del Acueducto Cuchillo II.