Tras la pandemia ocasionada por el SARS-CoV-2, el valor comercial de las importaciones de antibióticos por parte del sector público en México ha crecido de manera exponencial. Esta tendencia comenzó a registrarse desde 2020, año en el cual fue decretada oficialmente la emergencia sanitaria por COVID-19 en el país y ha continuado durante 2021 y 2022.
Así lo señaló Enrique Martínez Moreno, maestro en economía y negocios, cofundador y director del Instituto Farmacéutico México (INEFAM) durante un seminario web transmitido el 2 de junio, en el que presentó los resultados de un análisis basado en datos aduanales del Sistema de Administración Tributaria de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
En México en el año 2019, antes de la emergencia sanitaria, el monto por la importación de este tipo de fármacos ascendió a $62.956.352 pesos, al año siguiente alcanzó los $202.112.040 pesos, es decir, en este lapso hubo un incremento de 221%. Para el año 2021 la cifra llegó a $565.229.863 pesos (un aumento de 180% respecto a 2020) y para 2022 alcanzó $792.754.216 pesos (un incremento de 40% respecto al año anterior).
A pesar de este incremento en los gastos por importaciones, el número total de piezas adquiridas ha disminuido en forma significativa debido a varios factores. Entre ellos, Martínez Moreno destacó el alza de precios derivada de la inflación (pues los costos suben más rápidamente que los presupuestos públicos), la falta de una planeación adecuada para la compra de estos fármacos, así como problemas logísticos para abastecer las materias primas requeridas para fabricarlos, que proceden de países asiáticos.
Mientras en 2018 el sector público destinó más de $2.264 millones de pesos para la adquisición de 115.413.748 piezas a un precio promedio de $19.62 pesos, para 2022 la cifra total destinada a este rubro apenas superó los $1.724 millones de pesos con los cuales se compraron 50.556.548 piezas a un precio promedio de $34.12 pesos.
"Parece que el fenómeno de COVID-19, con los impactos que todavía observamos, (aunado a) esta situación de generar recetas para la atención de enfermedades que a la mejor no necesariamente son de origen bacteriano, impulsó la producción y particularmente la importación, y llevó a que la balanza comercial en la producción de antibióticos sea negativa", argumentó Martínez durante el seminario web.
Según el economista, el monto del déficit en la balanza comercial de estos fármacos es "bastante elevado", pues mientras en 2018 apenas superó los $20 millones de pesos, hacia el cierre de 2022 alcanzó $729 millones de pesos. "Parecería que vamos en contrasentido a las estrategias para considerar reducciones en el consumo [de antibióticos], que al parecer se ha ido acelerando", consideró Martínez Moreno.