Para sorpresa de todos, el partido empezó con un Alcaraz muy inestable y errando más de la cuenta.
Carlos Alcaraz dio, en el Masters 1000 de Toronto, una nueva muestra de porque es el N°1 del mundo. Sin brillar ni mostrar su mejor versión, supo resolver un trabado en encuentro de octavos de final ante Hubert Hurkacz (17°) y se quedó con el triunfo por 3-6, 7-6 (2) y 7-6 (3).
Para sorpresa de todos, el partido empezó con un Alcaraz muy inestable y errando más de la cuenta. En contrapartida, a Hurkacz se lo vio muy suelto y convencido con su plan de juego de intentar dominar todos los puntos. Eso le permitió generar dos quiebres para llevarse, casi sin problemas, el primer set.
La tónica se repitió en el inicio del segundo, cuando el polaco volvió a tomar el servicio del N°1 del mundo, pero en esta ocasión, no pudo mantenerlo y Carlitos logró su primer break de la noche. A pesar de no estar jugando su mejor partido, el español se las ingenió para llevar la definición al tiebreak y allí sí volvió a jugar como el N°1 del mundo para cerrarlo por 7-2.
Ya en la tercera manga, el pupilo de Juan Carlos Ferrero aprovechó el envión anímico y quebró rápidamente para tomar ventaja de 2-1. A pesar de que parecía que se encaminaba una victoria con un cierre de partido tranquilo, el polaco levantó dos puntos de partido en su contra, y ganó tres games al hilo para igualar el set 5-5. El pase a cuartos se fue el tiebreak y una vez más, prevaleció el tenis del N°1 del mundo.