Cómo Joey Porter Jr. vive ahora el otro lado del campamento de los Steelers

Ser un recoge-balones de los Steelers tiene sus privilegios. 

Las noches de Joey Porter Jr. en el campamento de entrenamiento de los Pittsburgh Steelers siempre solían terminar del mismo modo.

Un recoge-balones durante sus días de secundaria y preparatoria, el esquinero pasó tres semanas metido en el ir y venir diario de la franquicia de su padre --y la suya futura-- cada mes de agosto. Ser un recoge-balones de los Steelers tiene sus privilegios: vivir en los dormitorios cerca de los jugadores de la NFL, recibir la repetición ocasional en contra de talento de Pro Bowl y aprender el juego de un coach futuro miembro del Salón de la Fama. Pero, también viene con tareas monótonas y poco glamorosas, incluyendo pasar el trapo a los balones cubiertos de residuos.

Con un saco para los ovoides, un cepillo y una cubeta llena de químicos para la limpieza, Porter y el resto de los recoge-balones --un grupo de entre 10 a 12 cada verano-- terminaba cada noche sentados detrás del gimnasio, limpiando de tierra y pasto cada hendidura del balón.

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