El auge de la técnica Gua Sha se desencadenó en 2020, y desde entonces, muchos hemos comprendido la importancia de los masajes faciales para reducir arrugas, mitigar la inflamación y potenciar la salud cutánea. Este instrumento, principalmente confeccionado de cuarzo, brinda la posibilidad de realizar una rutina de cuidado preventivo para la piel. Gracias a su tamaño compacto y delicada estructura, resulta perfecto para llevar en viajes y escapadas. Un elemento esencial para tu rutina. Si aún no te sientes completamente familiarizado con la técnica Gua Sha, te proporcionamos los fundamentos necesarios para incorporarla a tu vida de inmediato.
Gua Sha es una ancestral técnica de sanación originada en la medicina tradicional china. El término "gua sha" se traduce como "raspar la arena" en chino, haciendo referencia al movimiento de raspar que se emplea durante esta terapia. Durante miles de años, esta práctica ha sido utilizada como método para fomentar la curación, reducir la inflamación y mejorar la salud en general. Se dice que el enrojecimiento (y ocasionalmente hematomas temporales) son el "sha", lo cual se considera un signo positivo, ya que representa el aumento de la circulación sanguínea y la "liberación de bloqueos" en el cuerpo.
La herramienta Gua Sha suele estar confeccionada con materiales de bordes suaves, como jade o cuarzo rosa, y otras piedras naturales. Aunque la forma y el tamaño pueden variar, es común que posean un borde plano y redondeado para deslizarse de manera fluida sobre la piel. Durante una sesión de Gua Sha, tú o un terapeuta pueden aplicar algún tipo de lubricante, como suero o crema, para luego raspar suavemente a lo largo de la piel siguiendo un patrón específico, utilizando movimientos suaves y continuos. El propósito de esta técnica es estimular el flujo sanguíneo y el líquido linfático, además de liberar la tensión y las toxinas que puedan estar atrapadas en los músculos y la fascia.
¿Con qué frecuencia se debe utilizar el Gua Sha? La frecuencia varía en función de las preferencias y necesidades individuales. Algunas personas incorporan el Gua Sha en su rutina diaria, mientras que otras lo emplean unas cuantas veces a la semana o según lo requieran. En el caso del Gua Sha facial, utilizarlo una vez al día o en ocasiones puntuales a lo largo de la semana puede resultar beneficioso para promover una circulación saludable, reducir la hinchazón y mejorar la apariencia de la piel. No obstante, es esencial escuchar a tu piel y ajustar la frecuencia según su respuesta. Un uso excesivo o una presión demasiado intensa pueden causar irritación, por lo que es importante aplicar la técnica de manera suave y consciente.
Beneficios de Utilizar el Gua Sha: Como en cualquier práctica, la constancia y la paciencia son clave para experimentar los posibles beneficios del Gua Sha.
• Mejora de la circulación: contribuye a incrementar el flujo sanguíneo y el drenaje linfático en la zona tratada, lo cual puede resultar en una mejor distribución de nutrientes a la piel, eliminación de toxinas y reducción de la hinchazón.
• Alivio de la tensión muscular: el suave raspeo puede ayudar a liberar la tensión y los nudos musculares, brindando alivio del dolor y la rigidez muscular. Esto es especialmente beneficioso para áreas como el cuello, los hombros y la espalda.
• Mejora de la apariencia de la piel: la aplicación regular del Gua Sha en el rostro puede contribuir a tonificar y reafirmar la piel al estimular la producción de colágeno y aumentar su elasticidad.
• Resplandor natural: aumenta el flujo sanguíneo hacia el rostro, otorgando a la piel un brillo saludable y radiante, y reduciendo la apariencia de opacidad.
• Mejora de la absorción de productos: el uso del Gua Sha después de aplicar productos para el cuidado de la piel puede favorecer su absorción.
Rutina de Gua Sha Facial: Comienza aplicando suero en tu rostro limpio e hidratado. Sujeta la herramienta en un ángulo de entre 15 y 45 grados, y aplícala con suavidad sobre tu piel. Utilizando una presión ligera a moderada, desliza el Gua Sha en movimientos ascendentes y hacia afuera a lo largo de tu rostro, cuello y escote. Los movimientos deben seguir los contornos naturales de tu rostro, desplazándose desde el centro hacia la línea del cabello y la mandíbula.
• Cuello y escote: comienza en la base de tu cuello y desliza hacia arriba hasta llegar a la línea de la mandíbula. Posteriormente, utiliza movimientos largos y suaves para descender por el escote.
• Mejillas: inicia en las sienes y desciende hacia los pómulos. Luego, emplea movimientos circulares pequeños para ascender hacia los pómulos.
• Ojos: comienza en las esquinas internas de los ojos y avanza hacia el exterior