La semana anterior se registró el fallecimiento del primer migrante en la zona de las boyas.
Luego de que se presentara el primer deceso de un migrante de origen Hondureño en la zona donde el gobierno de Texas instaló las controvertidas boyas en el Río Bravo, generando el descontento de los gobiernos y de las asociaciones defensoras de este grupo de personas, para lo cual ya se toman las medidas pertinentes para que esto no afecte en las relaciones diplomáticas entre México y Estados Unidos, cabe señalar que propietarios de los terrenos cercanos al punto también han alzado la voz ante tales acciones.
El Obispo de la Diócesis de Piedras Negras, Alonso Garza Treviño, detalló que esto se había previsto, era obvio que sucediera, es lamentable, pero este acontecimiento negativo ha hecho prender las alarmas y las autoridades mexicanas y de Estados Unidos tomarán el tema, hasta donde se está enterado se continuará trabajando en el tema esperando que lleguen a la desaparición de esa trampa mortal para los migrantes.
Acciones. Con respecto a las visitas que se han tenido por parte de distintos organismos e inclusive altos miembros consulares, el Obispo detalló que esto habla que se han tomado las acciones correctas y sobre todo que ambos gobiernos se encuentran de acuerdo para lograr eliminar estos obstáculos, solo será cuestión de verificar los argumentos legales existentes para que esto sea conforme a la total legalidad recordando lo estipulado por el tratado internacional de límites y aguas.
Contención. Las boyas se encuentran a lo largo de unos cien metros hacia el sur de la ciudad de Eagle Pass en inicio Texas contemplaba instalarlas a lo largo de por lo menos 3 kilómetros, pero solo se tiene hasta el momento esa cantidad de metros, además a esto se ha colocado alambre de púas en una larga extensión de la vega del río y contenedores de contención sobre el Shelby Park, sumado a los agentes del departamento de Seguridad Pública de Texas enviados a la frontera.