Seguramente al menos una vez cuando eras niña te obligaron a saludar afectuosamente a miembros de tu familia, sin importar qué tanto conocías a la persona en cuestión. Para muchos padres era una manera de enseñar reglas de cortesía, respeto y educación. Sin embargo, es posible que este tipo de reglas terminen haciendo mayor mal que bien.
Aunque sea alguien de confianza, decir un “ven y saluda” dirigido a nuestros hijos nos pone en una posición difícil: entre cuidar la autonomía del pequeño o ganarte un conflicto. Nosotras te decimos por qué NO debes obligar a tus hijos a saludar de abrazo y beso.
Seguro has pasado por esta situación, por no querer parecer grosera o que tu crianza de alguna manera quede en entredicho; es posible que hayas normalizado hacer que tu hijo o hija muestren afecto a alguna persona, sin darte cuenta de que esto puede darle el mensaje incorrecto a las infancias.
Por qué NO debes obligar a tus hijos a saludar de abrazo y beso
Es importante que tus hijos sean capaces de decidir lo que pasa en su cuerpo, incluso con personas “de confianza”. No significa que la otra persona necesariamente represente una amenaza, pero el niño o niña debe tener la decisión de querer abrazar o no a alguien más.
Mucha gente cercana a tus hijos no verá su cercanía como “algo malo” pero puedes estar enviándole a tu hijo un mensaje incorrecto de que él/ella no tiene control sobre su propio cuerpo o que la comodidad de otra persona está por encima de la suya. Debes educar sobre el consentimiento desde edad temprana.
De acuerdo con Verywell Family, obligar a tus hijos a saludar de abrazo y beso puede hacer que lo relacionen con otras instrucciones a las que acceden por no recibir una consecuencia negativa. Por ejemplo, la frase “recoge tus juguetes” puede implicar que, si no obedecen, puede haber una consecuencia negativa. Lo mismo puede pasar con “dar abrazos y besos” pues si ellos no lo quieren hacer, aceptarán hacerlo con cualquier persona con tal de no tener un castigo.
Esto último pone en un gran peligro a tus hijos, pues si ellos tienen esta idea del castigo por no obedecer una muestra de afecto con contacto físico, quedan expuestos ante las malas intenciones de una persona cuando tú no estés presente (por ejemplo, en la escuela).
Que únicamente haga esto con los abuelos, tíos o primos y no con extraños no los exenta de estar en peligro, pues la mayoría de los abusos ocurren con personas conocidas.
¿Qué hacer para no obligar a tus hijos?
Es indispensable enseñarles a los niños y niñas los principios de autonomía y consentimiento en todo momento y con todas las personas. HuffPost menciona que “se trata de enseñar a los niños a respetar sus instintos, a esperar que las personas respeten sus límites y digan ‘no’ cuando alguien los hace sentir físicamente inseguros”.
1. Evitemos el “si no lo haces es porque no me quieres”
El cariño no se mide con muestras físicas de afecto y menos de un menor. Tu trabajo y responsabilidad son tus hijos, no las emociones de los adultos. Prefiere su seguridad y decisiones apoyándolos y escuchándolos cuando no quieran acercarse a una persona, evitando que le echen la culpa al niño por NO obligar a tus hijos a saludar de abrazo y beso.
2. Cambia el momento
Es mejor tener frases que evadan el saludo como “¿No quieres saludar ahora? Lo haremos después” o un “¿Qué otra cosa puedes hacer? Dar la mano, chocar los cinco…” Dejando en claro que estás respaldando la decisión de tu menor y mostrar alternativas.
3. Preparar a tu hijo
Que los niños no saluden de la manera convencional no los hace más “groseros” o “maleducados”; puedes hablar con ellos antes del encuentro sobre con qué personas estarán, si quieren o en qué momentos quieren mostrar su afecto.
Igual, puedes aplicar el consentimiento aquí, preguntándole directamente al niño si quiere o no saludar de abrazo y beso a una persona, y no obligar a que haga lo contrario a su respuesta
4. Deje en claro que los besos y abrazos no se dan a cambio de algo
“Ya te compré un regalo, ya me vas a dar un abrazo”. “No te daré un dulce si no me das un beso”. ¿Has oído estas frases? El sitio Verywell Family recomienda enseñar a un hijo que “estás a cargo de tu cuerpo y de quién lo toca”. Por lo que hablar con los niños de no permitir algún chantaje a cambio de contacto físico los puede salvar de caer en manos de algún depredador.
Saludar y despedirse es una norma social aprendida por la cultura. Sin embargo, podemos enseñar a los niños a hacerlo de la manera en la que se sientan seguros y cómodos. Puede que sea una batalla, pero igual se puede preparar a la familia o conocidos sobre las decisiones de tus hijos y el por qué NO debes obligar a tus hijos a saludar de abrazo y beso. Con el paso del tiempo, aceptarán que los saludos de manos son más que suficientes.