El cribado de refuerzo para la detección del virus del papiloma humano (VPH) que incluye la toma de muestras vaginales por las propias pacientes podría ayudar a mejorar la detección de neoplasia intraepitelial cervical de grado 2 o superior en mujeres de 65 años o más, aunque no está claro si eso se traduce en menos cánceres de cuello uterino y/o muertes. El estudio fue realizado por investigadores daneses y se ha publicado en la revista PLoS Medicine.
Los hallazgos respaldan la oferta de auto-muestreo de VPH vaginal a mujeres mayores, de 65 años o más que no han recibido una evaluación correcta para el VPH de alto riesgo, aunque no está claro si la detección debe diferenciarse por factores.
Investigadores daneses realizaron un estudio de intervención poblacional no aleatorizado para evaluar si la actualización el cribado de refuerzo para la detección del VPH, combinado con la oportunidad de elegir entre el automuestreo vaginal y el muestreo realizado por el médico en una cohorte de 44 .579 mujeres con pruebas de detección insuficientes, podría mejorar la aceptación de las pruebas de detección y la detección de neoplasia intraepitelial cervical de grado 2 o superior.
Las participantes del estudio tenían una edad promedio de 65 a 69 años, residían en Dinamarca, no tenían registro de muestreo de citología cervical en los 5,5 años anteriores, no tenían una última prueba de VPH registrada y optaron por no someterse a pruebas de detección, histerectomía total o conización.
Resultados
El grupo final para el análisis incluyó a 11.192 mujeres en el grupo de intervención y 33.387 en el grupo de control. La mediana de edad fue de 68,4 y 68,5 años, respectivamente, tres cuartas partes de las cuales se habían sometido a un cribado suficiente entre los 50 y los 64 años. La mayoría de las mujeres que no se habían sometido previamente a un cribado suficiente optaron por recoger sus propias muestras (52,1 %) en comparación con las mujeres que habían recibido cribados adecuados (27,3 %).
La prevalencia del VPH fue mayor en las muestras vaginales recogidas por las propias pacientes frente a las muestras de cuello uterino recogidas por un médico, y en las mujeres que recibieron pruebas de detección insuficientes frente a las mujeres que no recibieron pruebas de detección suficientes. De 161 mujeres que dieron positivo por auto-muestreo, el 99,4 % completó las pruebas de seguimiento con su médico de atención primaria dentro de los 180 días y una lo hizo después de 180 días.
Entre las mujeres del grupo de intervención a las que se les hizo la prueba (n = 6.965), 357 tenían resultados histológicos y 275 eran positivas para VPH. De ellas, 44 recibieron un diagnóstico de neoplasia intraepitelial cervical de grado 2 o superior. En el grupo de control, 75 mujeres tenían resultados histológicos registrados, de las cuales 11 recibieron un diagnóstico de neoplasia intraepitelial cervical de grado 2 o superior. La detección de neoplasia intraepitelial cervical de grado 2 o superior fue significativamente mayor en general en el grupo de intervención.
La relación beneficio-daño demostró que sería necesario realizar 11,6 colposcopias para detectar una neoplasia intraepitelial cervical de grado 2 o superior en el grupo de intervención frente a 10,1 en el grupo de control.