¿Son seguros otros edulcorantes artificiales?

El 14 de julio, dos organismos internacionales publicaron conjuntamente evaluaciones de los impactos de aspartame en la salud. La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) clasificó el edulcorante artificial como "posiblemente cancerígeno" para los humanos. 

Sin embargo, poco tiempo después, y debido a la limitada evidencia, el Comité Mixto de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA) de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)/Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció que una ingesta diaria de 40 mg/kg de peso corporal seguía siendo aceptable.[1]

Aspartame se usa ampliamente como edulcorante artificial en bebidas dietéticas, goma de mascar, yogur y algunos fármacos como pastillas para la tos y vitaminas masticables. No obstante, está lejos de ser el único sustituto del azúcar.

Otros edulcorantes comunes incluyen sucralosa, sacarina y acesulfamo de potasio; estos no se incluyeron en las evaluaciones de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer y el Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios.

La sucralosa fue el único otro sustituto del azúcar incluido en las recomendaciones de 2019 de un grupo asesor internacional independiente de sustancias para su evaluación por parte de Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, pero se clasificó como de baja prioridad. El aspartame, por otro lado, se consideró de alta prioridad para la evaluación.

Algunas investigaciones han incluido datos sobre estos otros edulcorantes, como dos estudios que utilizan datos de la encuesta NutriNet-Santé en Francia, según dijo a Univadis Mathilde Touvier, Ph. D., investigadora principal de la cohorte. Su grupo de investigación ha publicado sobre las posibles asociaciones con el riesgo de cáncer (especialmente el aspartamo y el acesulfamo de potasio) y las enfermedades cardiovasculares (sobre todo el aspartamo, el acesulfamo de potasio y la sucralosa).[2,3]

Touvier, quien también contribuyó con el trabajo sobre las recomendaciones de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, señaló que se necesita una amplia gama de estudios para evaluar adecuadamente la seguridad de compuestos como el aspartamo, más allá de los estudios de observación de cohortes como NutriNet-Santé solo. Por ejemplo, la investigación epidemiológica aporta información importante sobre los posibles mecanismos de los efectos sobre la salud, como el riesgo de cáncer.

"Cuando reunimos todas estas líneas de evidencia, podemos decir: 'Está bien, no es solo una correlación. Hay una asociación causal plausible'", comentó Touvier.

Las asociaciones entre el consumo de edulcorantes artificiales con otros problemas de salud que están surgiendo en la investigación requieren más evidencia, afirmó Veronique Terrasse, oficial de comunicaciones de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer. Si bien un estudio reciente encontró una correlación entre el consumo de aspartamo y la diabetes de tipo 2, por ejemplo, los datos "no fueron considerados convincentes por el Comité Mixto de Expertos en Aditivos Alimentarios", dijo. Dada la posibilidad de factores de confusión y sesgos inherentes a los estudios de cohortes, los expertos no pueden concluir que la asociación sea causal.

Se necesita más investigación para comprender la amplia gama de efectos potenciales para la salud de varios edulcorantes artificiales, incluidos productos más nuevos, como la estevia, que cada vez es más popular. "Realmente necesitamos fondos públicos para realizar esta investigación sin ninguna presión en ninguna dirección", apuntó Touvier. Los estudios financiados por la industria corren el riesgo de introducir sesgos en sus resultados.

Con anuncios contradictorios y desacuerdos de otras agencias de salud, como la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos, los pacientes y los médicos pueden quedar confundidos sobre cómo proceder.

La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer no está dando ninguna recomendación formal, pero mantiene las recomendaciones anteriores para el consumo de azúcar y edulcorantes, explicó Terrasse. La OMS recomienda encarecidamente reducir el consumo de azúcar a menos de 10% de la ingesta total de energía en niños y adultos. La ingesta diaria admisible de aspartamo para el el Comité Mixto de Expertos en Aditivos Alimentarios no se redujo de su valor de 40 mg/kg de peso corporal, equivalente de 9 a 14 latas de refresco de dieta al día, que se estableció en 1981.

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