Las personas mayores con demencia buscan atención en la sala de emergencias, con el doble de frecuencia que sus pares, sugiere un nuevo análisis. Los investigadores llamaron a estas situaciones “visitas potencialmente evitables y dañinas” para algunos pacientes.
El estudio, publicado el 24 de julio en JAMA Neurology, examinó los datos de la Encuesta Nacional de Atención Médica Ambulatoria del Hospital 2016-2019, que recopila información demográfica y de otro tipo sobre una muestra representativa a nivel nacional de visitas a la sala de emergencias.
Alrededor de 1,4 millones de los 20,4 millones de visitas anuales a la sala de emergencias entre adultos mayores de 65 años involucraron a pacientes con la enfermedad de Alzheimer y demencias relacionadas, hallaron los investigadores.
Los pacientes con demencia que se presentaron en la sala de emergencias tenían más probabilidades de tener 85 años o más y ser mujeres. Las razones más comunes para buscar atención fueron accidentes (7,9 por ciento), alteraciones del comportamiento (7,4 por ciento) y debilidad general (5,3 por ciento).
Una vez que llegaban a la sala de emergencias, los pacientes con demencia tenían más probabilidades de recibir pruebas de diagnóstico, como tomografías computarizadas y análisis de orina, tal vez debido a problemas de comunicación o problemas de comportamiento.
Además, tenían el doble de probabilidades de recibir medicamentos antipsicóticos, lo cual es motivo de preocupación, escriben los investigadores, debido a los riesgos de tomar dichos medicamentos y la posibilidad de que continúen utilizándose a largo plazo, ya que están asociados con un mayor riesgo de mortalidad y caídas potencialmente mortales en adultos mayores. En tanto, eran menos propensos a que les recetaran opioides que a sus contrapartes.
Las estadísticas reflejan los desafíos en la vida diaria de las personas con demencia, que pueden comportarse de manera errática y, a menudo, no pueden comunicar sus síntomas.
A pesar de estos desafíos, el estudio dice que la sala de emergencias a menudo no es el mejor lugar para cuidar a los adultos con demencia, debido a los largos tiempos de espera, al personal desconocido y a un entorno potencialmente desorientador.
Asimismo, los investigadores piden mejores apoyos para los cuidadores y el desarrollo de salas de emergencia más geriátricas, aunque reconocen que en algunas situaciones se necesita atención de emergencia.
“Aunque se considera que la demencia es un trastorno cognitivo o de la memoria, son los aspectos conductuales de la enfermedad, como la ansiedad, la agitación y los trastornos del sueño, los que pueden causar el mayor estrés tanto para los cuidadores como para los pacientes”, dijo, en un comunicado de prensa, la coautora del estudio, Lauren B. Gerlach, psiquiatra geriátrica de Medicina de Michigan y profesora asistente de psiquiatría de la Universidad de Michigan.
Y agregó: “Los departamentos de emergencia a menudo no son el lugar adecuado para manejar estos comportamientos”, es por eso que “realmente debemos mejorar para apoyar a los cuidadores, de modo que haya otras opciones además de buscar atención de emergencia”.