Por qué no le damos a nuestros pies los cuidados que merecen

Normalmente no tenemos en cuenta la importancia del calzado. Este es un elemento fundamental, con finalidad protectora pero, en muchas ocasiones, también lesiva, porque el ser humano está diseñado para caminar descalzo.

Existe un desconocimiento general de la importancia de usar un calzado adecuado en cada situación cotidiana. Por ejemplo, podemos pasear un rato con tacones o zapatos normales, pero el calzado para caminar distancias medias y largas debe ser siempre deportivo.

Hay personas que salen a caminar con zapatos altos y estrechos, hecho que altera la forma de apoyar y desplaza el centro de gravedad, provocando sufrimiento de músculos de la columna y la pierna.

Otro aspecto esencial es usar una talla adecuada, porque permite transpiración, ajuste y sujeción adecuada (siempre agarrado a tobillo), así como cierto grado de amortiguación.

En la práctica deportiva también hay matices. No necesitamos el mismo calzado para salir a correr que para hacer pilates. La suela, por ejemplo, debe tener características que permitan agarre o deslizamiento en superficies rígidas, como el cemento y el asfalto.

Conviene que la puntera de la zapatilla esté reforzada cuando el deporte a practicar requiera golpear un balón. Estos refuerzos deben permitir una movilidad total de los dedos. Por eso no es lo mismo el calzado de un futbolista, que el de un corredor de pista, que el de un jugador de baloncesto.

Los calcetines también importan

Aunque suelen pasar desapercibidos, los calcetines son otro elemento importantísimo para la salud del pie. Entre otras cosas porque su correcto uso puede prevenir efectos indeseables causados por el roce, la fricción o el exceso de temperatura.

Se tiende a usar calcetines de algodón debido a que es una fibra natural y permite una buena transpiración. Sin embargo, suele acumular el sudor en sus fibras empapando el calcetín. En estos casos se recomienda que, si la sudoración es elevada, se cambien 2 veces al día, incluso 3 si es necesario.

Hay otras alternativas como los tejidos sintéticos, que son capaces de evacuar de manera más eficaz el sudor, sobre todo si realizamos alguna práctica deportiva.

Las costuras, por ejemplo, pueden ser uno de nuestros peores enemigos, ya que pueden generar fricción en nuestros pies, sobre todo en los dedos, y puede provocar lesiones dermatológicas en la piel, como ampollas, callosidades, etc.

Prescindir de los calcetines cuando no hacemos deporte es mala idea. Los calcetines deben usarse siempre para evitar retención de sudor en calzado de manera directa.

 

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