En ese texto para The Conversation, los autores del estudio concluyeron que no es posible afirmar que valga la pena tomar antidepresivos ISRS.
Pero, ¿es seguro aseverar que la serotonina no está involucrada en la depresión o que los antidepresivos modernos no son útiles para tratar este mal?
La depresión es una condición común y grave que destruye la calidad de vida.
El bajo estado de ánimo y la pérdida de la alegría son sus principales indicios, pero hay muchas combinaciones de síntomas que pueden conducir a un diagnóstico.
De hecho, dos personas con depresión pueden tener síntomas muy diferentes.
Las raíces de la depresión son variadas y quienes la padecen pueden tener motivos diversos que expliquen sus síntomas.
El trauma psicológico es uno de los factores de riesgo establecidos.
Y la inflamación se reconoce cada vez más como una causa probable en muchos estudios de investigación.
También se han identificado numerosos factores genéticos, cada uno con un efecto muy reducido.
Se cree que hay miles de pequeños efectos genéticos con una combinación casi única en cada persona que pueden aumentar el riesgo de depresión.
Aunque estos factores de riesgo explican por qué algunos tienen depresión con más frecuencia que otros, quienes la padecen a menudo presentan múltiples factores de riesgo y, por lo general, no es posible concluir cuál de ellos provocó los síntomas, si es que alguno lo hizo.
Serotonina, noradrenalina y monoaminas
Es poco probable que la depresión, como muchas enfermedades definidas principalmente por sus síntomas, sea una condición única con un conjunto simple de causas.
En este sentido, no es lógico que exista una sola terapia o medicamento con el que tratar a todas las personas de manera efectiva.
Sin embargo, la diversidad de síntomas y factores de riesgo que acompañan a la depresión no implica que carezcamos de tratamientos efectivos.
Los antidepresivos se descubrieron por primera vez al reutilizar un medicamento para tratar la tuberculosis, sin que apenas se comprendieran sus efectos en el cerebro.
La investigación inicial reveló que los antidepresivos aumentaban la cantidad de serotonina y noradrenalina en el cerebro.
Estos hallazgos formaron la base de una teoría de la depresión conocida como la hipótesis de las monoaminas, que sugiere que los niveles insuficientes de estos neurotransmisores son un mecanismo subyacente de la depresión que se puede corregir con antidepresivos.
Esta explicación simplista de la depresión y su tratamiento se ha topado con datos contradictorios y un escepticismo justificado, por lo que se han propuesto varias teorías alternativas para la depresión y los antidepresivos.