Profármacos, las sustancias que el cuerpo convierte en drogas ilegales y que evaden la detección policial

Los narcotraficantes han encontrado una forma de engañar a las fuerzas del orden utilizando una de las herramientas más potentes de que dispone nuestro organismo: el metabolismo. ¡Bienvenidos al mundo de los profármacos!

Los profármacos son sustancias que sólo pueden causar efecto tras ser descompuestas por enzimas del sistema digestivo u otras reacciones químicas del organismo.

Aunque tienen usos farmacológicos legítimos (entre el 5% y el 7% de los medicamentos aprobados entran en esta categoría), su uso como drogas recreativas es un fenómeno relativamente nuevo.

La mayoría de las drogas ilícitas actúan interactuando con receptores específicos de las células cerebrales, estimulando o bloqueando la liberación de unas sustancias químicas llamadas neurotransmisores. Duran poco tiempo antes de transformarse en sustancias químicas inactivas o menos activas, que luego se eliminan del organismo, normalmente por la orina.

Sin embargo, en el caso de los profármacos, es necesario eliminar o sustituir una pequeña parte de la molécula antes de que pueda actuar sobre esos receptores. Esto se hace en el interior del organismo mediante procesos naturales. El ALD-52 (1-acetil-LSD), por ejemplo, es un profármaco que el organismo convierte en LSD tras eliminar dos átomos de carbono y uno de oxígeno.

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