Los pacientes con psoriasis se enfrentan a un elevado riesgo de depresión y suicidio a consecuencia tanto de los factores inflamatorios patológicos asociados a la enfermedad como de la estigmatización social, lo que justifica el cribado sistemático y disponer de contactos comunitarios para derivar a los pacientes a profesionales de la salud mental, afirmó la Dra. Elizabeth Wallace en el Congreso Anual del Group for Research and Assessment of Psoriasis and Psoriatic Arthritis (GRAPPA) de 2023.
La Dra. Wallace, de Cherry Hills Dermatology, en Englewood, Estados Unidos, habló de las complejas interacciones entre las enfermedades mentales y la enfermedad psoriásica y de los posibles riesgos de esta comorbilidad para estos pacientes. El tema de la salud mental "ocupa siempre un lugar destacado en la mente de nuestros pacientes y, sin duda, también en la nuestra", afirmó el comoderador de la sesión y presidente electo de GRAPPA, Dr. Joseph Merola.
"Los pacientes con psoriasis tienen el doble de probabilidades de sufrir depresión, en comparación con los que no la padecen, y los pacientes con psoriasis tienen 33% más de probabilidades de buscar la muerte por suicidio y 20% más de probabilidades de consumarlo, en comparación con los que no padecen psoriasis", expuso la Dra. Wallace. La psoriasis más grave y la edad más temprana de aparición también se asocian con una mayor probabilidad de suicidio, añadió.
Mediadores de la depresión
"Los mecanismos inflamatorios que impulsan la psoriasis pueden favorecen la depresión y la ansiedad, y viceversa", explicó. "A menudo también hay vínculos genéticos, por ejemplo, variaciones genéticas en los receptores de serotonina, y los problemas psicológicos en la enfermedad psoriásica empeoran previsiblemente por sentimientos de estigmatización, vergüenza y aislamiento social".
También se está haciendo lo posible en las clínicas para "normalizar" la detección de la ansiedad y la depresión en este grupo de pacientes, dijo la Dra. Wallace. "Sabemos que nuestros pacientes con psoriasis se enfrentan al estigma social de la visibilidad de su enfermedad y que el estrés puede provocar brotes", compartió con los asistentes. "También sabemos que los pacientes estigmatizados tienen más riesgo de sufrir síntomas depresivos. Todos sabemos ahora que la psoriasis tiene vías bien establecidas y que las citocinas proinflamatorias son reguladas al alza".
"El aumento de citocinas estimula la indoleamina 2,3-dioxigenasa, que convierte el triptófano en quinurenina. La quinurenina se metaboliza en ácido quinolínico, que es neurotóxico". Explicó que, dado que la serotonina deriva del triptófano, la disminución de este conduce a una reducción de la serotonina y, por tanto, a un mayor riesgo de depresión.
Se sabe que la interleucina-6 aumenta en la depresión y disminuye con el uso de antidepresivos, señaló la Dra. Wallace. Los modelos de ratón en investigación han demostrado que la supresión del gen de la interleucina-6 produce efectos antidepresivos y los estudios en humanos han demostrado que esta, más que cualquier otra citocina sérica, se encuentra en niveles más altos en humanos con depresión y psoriasis.
La interleucina-17 también está implicada en la enfermedad psoriásica y en problemas de salud mental, afirmó la Dra. Wallace. "Con el estrés, se produce un aumento de las células Tc17, que producen interleucina-17", explicó. Esta, junto con otros marcadores inflamatorios, puede hacer que la barrera hematoencefálica sea más permeable, y cuando esta barrera se vuelve más permeable, las citocinas pueden pasar de la periferia al cerebro".