En la última década, hubo 3,534 casos parecidos.
“J” salió llorando y con un dolor intenso del Jardín de Infancia “Guadalupe Borja de Díaz Ordaz” en Saltillo, Coahuila. Al llegar a casa, su madre notó que el niño de tres años presentaba heridas en la zona del recto. Solo había sido estudiante de 1° grado durante 27 días. Posteriormente, se revelaría que "Cantos", el profesor de música, y Servando, "el conserje", lo agredieron sexualmente en el jardín de infantes.
La historia de J refleja la negligencia de varias autoridades educativas. Durante la última década, se han reportado 3.534 casos similares.
Si bien la Ley General de Educación establece la responsabilidad del personal escolar de denunciar ante las autoridades los presuntos delitos, esto no siempre se cumple. Para esta investigación se solicitó a las 32 Secretarías de Educación del país las estadísticas y versiones públicas de los informes de incidentes —formatos oficiales en los que se registran oficialmente las denuncias—.
Faltan los datos de Baja California Sur, Nuevo León, San Luis Potosí y Sonora, ya que se negaron a responder. Se creó una base de datos nacional que recopila los casos registrados oficialmente entre 2012 y febrero de 2023, revelando que en México todos los días ocurre una agresión sexual por parte del personal escolar contra estudiantes de primaria.
En cuanto al jardín de infantes “Guadalupe Borja”, los padres acudieron a la escuela ante el dolor de su hijo y hablaron con la directora y la maestra titular, sospechando que su hijo había sido agredido sexualmente.
Los padres recuerdan fragmentos del diálogo que la directora inició con su hijo el viernes 27 de septiembre de 2019:—“¿Quién te hizo esto?”—le preguntó la directora.—Gerardo—respondió el niño.—Gerardo, el hijo de la maestra Nancy—insistió el servidor público.—No, Gerardo—reiteró "J", refiriéndose al profesor de música.
Los padres relatan que el director se negó a llamar a la policía y de mala gana presentó un informe del incidente, afirmando que la víctima acusó a otro estudiante, según una copia del documento obtenido para esta investigación.
Ella les pidió que llevaran al niño a casa, lo bañaran y lo acostaran. La directora, funcionaria pública de la Secretaría de Educación del Estado (Sedu), no avisó de inmediato a sus superiores. Tampoco registró con precisión las palabras exactas de "J" en el informe del incidente, ya que agregó información que los padres afirman que la niña no mencionó, eludiendo así su obligación de denunciar la posible comisión de un delito ante las autoridades de justicia.