Si lo que quieres es que tu pelo no te pida unas vacaciones cuando tú vuelvas de tus días de playa o de los meses de piscina, sigue al pie de la letra estas recomendaciones
El calor ambiental y los cambios climáticos pueden ser perjudiciales para nuestro cabello, así como el uso de planchas, tenacillas o secadores. Estas temperaturas extremas pueden abrir las cutículas del cabello y exponerlo a factores como la humedad, el calor o la sequedad, lo que puede dañarlo considerablemente. Por suerte actualmente puedes encontrar tratamientos específicos con tecnología "climate proof" diseñados para proteger el cabello de estos cambios.
Esta temporada no hay nada mejor que refrescarnos en la piscina o en la playa, pero el cloro y la sal pueden dañar el cabello. Aquellas personas con cabello dañado, especialmente rubias y con mechas, deben tener precaución y tomar medidas antes, durante y después de la exposición a estos elementos. Se recomienda utilizar un champú que elimine los residuos dañinos y nutra el cabello, seguido de una fase de hidratación con mascarillas humectantes para restaurar la fibra capilar y proporcionar protección adicional contra el sol.
Existe un truco viral en redes sociales que sugiere impregnar el cabello con una mascarilla humectante y recogerlo en un moño antes de nadar, para crear una especie de barrera protectora. Sin embargo, los expertos han advertido que esto puede no ser completamente efectivo.
Cada melena tiene necesidades diferentes, por lo que después del verano, es posible que se requiera un tratamiento de reparación. En este caso, se recomienda acudir a un salón de confianza y consultar con un profesional, quien realizará un diagnóstico capilar y formulará un tratamiento adecuado, que puede incluir el saneamiento de las puntas más dañadas. Siguiendo estos consejos expertos, se puede reducir el daño causado por el agua de la piscina, la playa y el calor, y permitir que el cabello siga creciendo con salud.