El azúcar es uno de los ingredientes que más energía aportan al cuerpo y también uno de los más peligrosos si no se consume con moderación.
El azúcar es un ingrediente básico que no puede faltar en la cocina. Por su sabor dulce es un elemento tentador para muchas personas pero de forma particular para las niñas y niños de la casa. NO obstante, ¿cuánta azúcar se recomienda que coman al día para que no les haga daño?
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), se recomienda una ingesta reducida en azúcares libres a lo largo de toda la vida para prevenir enfermedades como obesidad o diabetes, dado que se ha observado que los niños y niñas con las ingestas más elevadas de bebidas y alimentos azucarados tienen mayores probabilidades de tener sobrepeso u obesidad que los niños con las ingestas más bajas.
Para regular la cantidad de azúcar que ingieren los infantes, es necesario conocer algunas de las propiedades de este ingrediente, cómo se comporta en el cuerpo y qué recomendaciones existen para evitar su consumo en exceso. Sigue leyendo para conocer más al respecto.
¿Qué función tiene el azúcar en el cuerpo?
El azúcar total se refiere tanto al azúcar naturalmente presente en los alimentos como al azúcar libre. Este ingrediente se encuentra de forma natural en las hortalizas, frutas y algunos granos, así como en forma de lactosa en productos lácteos.
La OMS define el azúcar libre como todos los monosacáridos y disacáridos añadidos a los alimentos y bebidas por el fabricante, cocinero o consumidor, además del azúcar presente de forma natural en la miel, los jarabes y jugos de frutas.
El consumo de azúcar en cantidades moderadas es benéfico, dado que es necesaria para pensar y realizar diversas actividades mentales. Es el nutriente que proporciona energía con más rapidez.
Consecuencias de consumir demasiada azúcar y prevención en infantes
La OMS asegura que una ingesta elevada de azúcares libres es preocupante por su asociación con una mala calidad de la dieta, la obesidad y el riesgo de contraer enfermedades no transmisibles como diabetes y caries. Además de esto, Mejor con Salud indica que puede provocar desequilibrio nutricional, hiperactividad y adicción.
La ingesta de azúcar libre se reduzca y limite a menos del 5% de la ingesta energética para niños, niñas y adolescentes entre los dos años a los 18 años. La ingesta de azúcar libre debe ser incluso menor en bebés y niños menores de 2 años.
Además de esto, en la medida de lo posible el azúcar debe consumirse en su forma natural a través de la leche materna, la leche y productos lácteos sin azúcar, así como frutas frescas enteras en lugar de bebidas azucaradas, jugos, batidos o bebidas y productos lácteos azucarados.
El azúcar se debe consumir como parte de una comida principal y no como aperitivo. A los bebés no se les debe dar bebidas que contengan azúcar en biberones o tazas, y a los niños se les debe quitar poco a poco el hábito de tomar bebidas o leche azucaradas.