Los bebés y niños menores de 5 años son propensos a sufrir de empacho. ¿Cómo podemos aliviar el malestar de nuestro hijo?
El indigestión es un término comúnmente usado para hablar sobre la ingesta. La indigestión, también conocida como dispepsia o malestar estomacal, según Mayo Clinic, es una molestia en la parte superior del abdomen. Dolor abdominal y sensación de saciedad poco después de comenzar a comer son algunos de los síntomas que la persona puede experimentar, aunque estos pueden variar.
Cuando hablamos de indigestión o empacho, generalmente pensamos en adultos o jóvenes que experimentan malestar después de comer diversos alimentos. Sin embargo, los bebés y niños menores de 5 años también pueden experimentar esta molestia. Por lo tanto, a continuación te mostramos cómo identificar el empacho y qué hacer al respecto.
¿Cómo saber si tu bebé tiene empacho?
La razón principal de la indigestión en bebés o lactantes es cuando el adulto le da más leche de la necesaria al menor. Otras causas pueden ser darle demasiados alimentos nuevos además de la leche o darle demasiadas comidas dulces, como jugos o comer demasiado rápido.
- Empacho seco:
En este tipo de malestar estomacal no hay presencia de diarrea, ya que los alimentos se quedan en el estómago y no se produce la digestión intestinal. Esto causa dolor abdominal, liberación de gases sin diarrea, hinchazón abdominal, eructos con olor desagradable, lengua blanca, pérdida de apetito, fiebre leve, dificultades para evacuar, irritabilidad y malestar general.
- Empacho húmedo:
El niño tiene gastritis y enteritis, que son la inflamación del estómago y de los intestinos respectivamente. Estas condiciones pueden causar dolor abdominal, vómitos y diarrea persistente. Si no se trata a tiempo, puede llevar a deshidratación y otros síntomas como dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea, gases, distensión abdominal, falta de apetito, fiebre y malestar general.
En los bebés que están amamantando, el síntoma más común también incluye reflujo. Este síntoma puede confundirse con la necesidad de un reflejo de succión, lo que hace que en ocasiones no tomen el biberón por hambre, sino que encuentren consuelo en la succión. En los bebés alimentados con biberón, es fácil que las madres y los padres se preocupen si el niño está comiendo la cantidad adecuada o si está tomando menos de lo recomendado por el pediatra.
Ante la indigestión o exceso de comida, Diez Minutos recomienda realizar un masaje en el estómago del bebé en dirección de las agujas del reloj. Antes de comenzar, frota tus manos para transmitirle calor al bebé, esto también le brindará confianza. También puedes probar con paños calientes que no quemen. La indigestión tratada sin medicación puede desaparecer después de 12 o 15 horas.
Después de superar la indigestión, Diez Minutos sugiere ofrecer arroz hervido, zanahoria rallada o manzana al bebé. Si tolera estos alimentos y no los vomita, podrás comenzar a ofrecer opciones más sustanciales. Es importante enfatizar una comida lenta, masticando cada bocado. Para prevenir la indigestión, supervisa a tus hijos durante las celebraciones familiares, opta por bocadillos saludables y fomenta una relación saludable con la comida.