El uso de pantallas en la primera infancia trae aparejados problemas en la adquisición del lenguaje. Según los especialistas, las cifras son alarmantes y señalan que el 60% de los niños no logran los hitos del desarrollo de la comunicación verbal antes de los tres años y eso se observa con más énfasis a nivel mundial desde la pandemia.
Así lo advirtió hoy la neuropsicóloga pediátrica certificada por la Universidad de Harvard en Protección de Derechos de los Niños Carina Castro Fumero. “Antes veíamos que por el uso de las pantallas los niños presentaban un mínimo retraso o que su comprensión y expresión estaba alterada, pero post pandemia los números son alarmantes”, reflexionó la experta, quien destacó que “tanto Unicef como la OMS llamaron a estar alertas y pidieron nuevos lineamientos de control y supervisión”. “Antes se recomendaba que antes de los dos años no se exponga a los niños a las pantallas; ahora piden que se extienda hasta antes de los tres”, aseguró.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), en sus primeras recomendaciones sobre el uso de pantallas en la primera infancia, instaba a que los niños de menos de un año no debían ser expuestos a ningún tipo de dispositivo electrónico. Además, aseguran que los niños de dos a cuatro años tampoco deberían tener más de una hora por día de lo que llaman “tiempo de pantalla sedentario”, que incluye juegos de computadora o televisión.
Al respecto, Castro Fumero explicó, en diálogo con Radio Mitre, que “antes de los tres años es cuando se logran los hitos del lenguaje; el niño aprende a hablar a través de la observación del otro. Cuando observa a otro adulto hablar se activan en el cerebro del niño unas neuronas que se llaman ‘neuronas espejo’ que lo van preparando para hablar. Es por eso que antes de los dos años 11 meses y 30 días, o sea, antes de los tres años cumplidos los niños no deberían de estar expuestos a ningún tipo de pantalla y deberían de estar expuestos a la vida, al mundo, a adultos que les hablen, a la interacción, a ir a un centro de cuidado donde no existan pantallas; ese sería el escenario ideal y es lo que recomienda la OMS”.