La mentalidad del serbio para afrontar los momentos clave parece ser su principal arma.
Novak Djokovic, número dos del ranking ATP, nunca deja de sorprender. Con 36 años de edad y una carrera colmada de títulos, no se convence y aspira a más. Derrotó a Jannik Sinner (8º) por 6-3, 6-4 y 7-6 (4) en Wimbledon y accedió a una nueva final de Grand Slam: la 35º de su trayectoria y la novena en Londres.
La mentalidad del serbio para afrontar los momentos clave parece ser su principal arma. Eso ocurrió, como casi siempre, en la semifinal ante el italiano, quien jugó muy buenos puntos pero a la hora de la verdad, cuando cuentan igual, pero valen distintos, los tantos fueron para Nole.
De esta forma hilvanó tres sets consecutivos en dos horas y 47 minutos para acceder a una nueva definición de Major y dejar atrás la cifra de Chris Evert de 34 finales disputadas. Además, quedó a un solo partido de igualar la marca de ocho trofeos de Roger Federer en La Catedral del tenis y de recuperar el número uno del mundo. Esto último puede concretarse antes de tiempo, siempre y cuando Carlos Alcaraz no supere a Daniil Medvedev en la segunda semifinal masculina.