Es cierto que cada vez más personas reconocen la importancia de reducir el consumo de bebidas azucaradas debido a sus efectos negativos para la salud. Además, es conocido que el consumo de alcohol puede hacer que sintamos más calor y contribuir a la deshidratación del cuerpo. Por estas razones, muchas personas buscan alternativas más saludables.
Una opción recomendada es el agua con gas. El agua con gas es agua que ha sido carbonatada, lo que le da un ligero efervescencia. Esta opción puede ser refrescante y satisfacer la necesidad de una bebida burbujeante sin los efectos negativos de las bebidas azucaradas o alcohólicas.
Además de ser una opción refrescante, el agua con gas tiene beneficios adicionales que a menudo no se conocen. Por ejemplo, puede ayudar a facilitar las digestiones pesadas debido al ácido carbónico presente en ella, que estimula la secreción de jugos gástricos. También es nutritiva debido a su composición mineral y puede actuar como una fuente de hidratación.
Esta bebida es saludable, refrescante y tiene un toque burbujeante que puede satisfacer el deseo de una bebida carbonatada.
El consumo de agua con gas también se ha asociado con la estimulación de la eliminación de sodio a través de la orina y, según algunos estudios, puede ayudar a regular los niveles de colesterol. Además no daña la dentadura y no está contraindicada durante el embarazo. El agua con gas es una excelente opción ya que no contiene calorías. Además, el gas presente en el agua puede generar una sensación de saciedad.
Aunque generalmente es una bebida segura y saludable, se recomienda no excederse en su consumo, ya que puede aumentar la cantidad de gases en el tracto digestivo, lo que puede provocar sensación de hinchazón. Por lo tanto, si una persona es propensa a tener problemas de gases, es posible que deba limitar su consumo de agua con gas. Dos vasos con cada comida son suficientes para evitar molestias.
También se desaconseja el consumo de agua con gas en casos de enfermedades específicas, como la enfermedad celíaca, colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn, intestino irritable, reflujo gastroesofágico o insuficiencia respiratoria severa.