ERIKA GONZÁLEZ/REPORTERA
En Audiencia celebrada ayer, Irving N fue sentenciado a 30 años de prisión, por el delito de Homicidio Calificado con ventaja; la Fiscalía fue quien propuso la pena así como la reparación del daño de manera líquida por la cantidad de 398 mil 700 pesos.
Se dio lectura a los alegatos, interviniendo la declaración de cuatro testigos, el primero fue el esposo de la víctima, quien inició su declaración diciendo que su esposa, siempre fue una madre amorosa.
“No se imaginan el daño que le han causado a mis hijos, dentro de mis posibilidades les he dado una buena vida económica a mis hijos, pero ellos me dicen que prefieren estar pobres pero con su madre a su lado, este ha sido un tiempo muy difícil, mis hijos me ven triste yo no puedo con la pena, de hecho ellos han bajado su nivel académico y mi hijo el mayor cumplió años, el mismo día que sepultamos a su madre, un 10 de enero”, estalló en llanto el esposo de la víctima justo al estar declarando.
Retomó aliento y mencionó que esto no se lo desea a nadie, y que ha evitado a toda costa el tener al margen a sus hijos de los medios de comunicación, así como de las redes sociales y el internet para que no estén al pendiente de lo que sucede, pues él les dijo a sus hijos que su madre había muerto de un infarto en el hospital.
Después pasó al estrado la madre de la víctima, quien no pudo dar declaración alguna, pues dijo que era demasiado el dolor que sentía el estar allí.
Seguido de ella pasó el padre de la víctima, quien de inmediato dijo que él estaba ahí, porque “un perro infeliz” había matado a su hija, y de inmediato los jueces le pidieron moderara su comportamiento.
“Esto es lo peor que le puede pasar a un padre, sepultar a su hijo, me siento mutilado en vida, pues mi hija vivía con nosotros, mi vida ha cambiado muchísimo, es un dolor inexplicable ver a mis nietos llorando en silencio por su madre, pues ven una fotografía de ella, la ponen contra su pecho y lloran”, entre lágrimas fue lo que declaró el padre de la víctima.
Mientras que el último testigo fue una agente de la Policía Investigadora, quien sólo pasó a corroborar la información que había dado.
Luego se procedió a la lectura de los alegatos y dos horas después los jueces determinaron cuál fue la sentencia, donde se le negaron los derechos políticos al acusado y se le dijo que el 17 de febrero a la una de la tarde sólo cumplirán con la lectura de la sentencia, aunque ésta quiso ser dispensada por los abogados de la defensa, pero fue rechazado.