Investigaciones recientes sugieren que se debería enseñar a tocar la batería en las escuelas para ayudar a los niños con dislexia y autismo.
Un proyecto de investigación científica respaldado por el baterista de la exitosa banda de los años 80, Blondie, Clem Burke, encontró que los niños con autismo mostraron síntomas reducidos después de ocho semanas de lecciones de batería. Los investigadores descubrieron que los estudiantes que participaron en dos lecciones de batería por semana durante ocho semanas mostraron menos signos de hiperactividad, falta de atención y comportamientos repetitivos, y demostraron un mejor control de sus emociones.
En la Exposición de Ciencia de Verano de la Royal Society en Londres, Burke describió el proyecto de investigación diciendo: "Encontramos que los atributos físicos y mentales de tocar la batería son un estilo de vida muy positivo, mejora aún más a medida que uno envejece, siempre y cuando puedas seguir haciéndolo"
"También hemos descubierto que los niños con autismo, por ejemplo, pueden adaptarse muy bien a ejercicios sencillos de batería" Recomendó que las escuelas consideren enseñar a tocar la batería a los alumnos con autismo. Para los padres que puedan dudar ante la idea de regalar una batería a su hijo recomienda los tambores modernos para minimizar las molestias a los vecinos, con los sonidos más fuertes atenuados para que se escuchen a través de auriculares.
"Nuestro estudio proporciona evidencia sólida de que tocar la batería no solo reduce la hiperactividad y la falta de atención en adolescentes autistas, sino que también fortalece la conectividad funcional en las regiones cerebrales responsables del control inhibitorio y el monitoreo de los resultados de la acción"
"Nos propusimos entender qué sucedía si enseñábamos a los niños a tocar la batería.", comenta Ruth Lowry, Profesora de Ejercicio en la Universidad de Essex, quien ha estado involucrada en proyectos de investigación sobre el tambor, quien también agregó: "Observamos cambios en términos de interacciones entre compañeros, que se volvieron mucho más positivas. Hubo menos hiperactividad, menos comportamiento disruptivo, menos comportamiento angustiado en las aulas"
Las resonancias magnéticas cerebrales de los niños que aprendieron a tocar la batería mostraron cambios en la estructura y el volumen del cerebro, ya que se forman muchas más conexiones en áreas como el sistema de neuronas espejo, que se asocia con la observación y repetición de patrones, lo cual normalmente está retrasado en el autismo.
"Les permite estar absortos en una actividad, concentrarse. Y les gusta crear patrones complejos. Algunos me han dicho que se trata de las matemáticas, lo cual encuentro muy curioso. Hablan de ello como un lenguaje que pueden entender en términos de construir complejidad", concluye Ruth "Otros me dicen que es la idea de poder desconectar y concentrarse solo en esa actividad. Es lo que Clem mencionó, esa idea de entrar en un estado de flujo" Estudios de Burke tocando la batería mostraron que la actividad era un buen ejercicio aeróbico también.