Felipe Rodríguez Salgado presunto sicario de Guerreros Unidos, pidió que ya no se refieran a él con los apodos mencionados y como responsable de la desaparición de los normalistas, puesto a que ya fue absuelto
En la audiencia del fin de semana, en la que se vinculó a proceso al exjefe antisecuestros de la extinta PGR, Gualberto Ramírez, por el caso Ayotzinapa, Felipe Rodríguez Salgado, alias “El Cepillo” o “El Terco”, presunto sicario de Guerreros Unidos, pidió que ya no se refieran a él con los apodos mencionados y como responsable de la desaparición de los normalistas.
Resguardado por agentes de la FGR, Rodríguez Salgado se presentó el sábado a la diligencia en el Centro de Justicia Penal Federal del Reclusorio Sur, en calidad de principal testigo protegido de la Fiscalía General de la República (FGR), víctima de desaparición forzada y tortura para construir la Verdad Histórica del caso Ayotzinapa.
Sin embargo, el juez de control Juan José Hernández Leyva impidió su participación en la audiencia, al advertir a los fiscales que su presencia lo desecharía como testigo útil en las siguientes etapas procesales contra Gualberto Ramírez Gutiérrez, a quien acusa de tortura y desaparición durante su detención.
Ante la advertencia, los fiscales y la asesora victimal determinaron que “El Cepillo” no participaría en la diligencia, en la que pidió hacer uso de la palabra antes de retirarse de la sala alterna en la que se encontraba, lo que fue negado por el juez de control.
Sin embargo, a través de su abogada, Felipe Rodríguez Salgado afirmó que ya fue absuelto por un tribunal y que estuvo preso cuatro años por su presunta responsabilidad en la desaparición de los normalistas.
“Pide que se respete su derecho a la presunción de inocencia, ha sido absuelto de cualquier responsabilidad. No hay una sola prueba que haya quedado subsistente, todas se obtuvieron sobre tortura”, dijo a través de su abogada. Solicitó no referirse a él como “El Cepillo” o “El Terco”.
Durante la audiencia que concluyó a la medianoche del sábado, los fiscales de la FGR hicieron una férrea defensa de “El Cepillo”, al que denominaron como un “muchacho de 25 años que venía de una región marginada” del estado de Guerrero, que sufrió “brutal tortura” cuando fue detenido en enero de 2015 acusado de participar en la desaparición de los normalistas.