Algunos expertos creen que la felicidad es el propósito máximo de la humanidad, por lo tanto, alcanzarla está condicionado a diversos factores.
Algunas personas sostienen que la felicidad está vinculada al dinero, mientras que otras creen que la solvencia económica no tiene relación con la satisfacción en la vida. Según la psicología, la felicidad es un estado ligado a una emoción positiva; algunos filósofos consideran que es el propósito último del ser humano. Por tanto, encontrarla se convierte en un tema complejo que puede surgir desde diversas fuentes, explica la DGCS UNAM.
Según el World Happiness Report (2018), México ocupa el puesto 24 de 156 países en el ranking mundial de la felicidad. Además, un estudio de la UNAM revela que el promedio de felicidad de los mexicanos es de 8.53 en una escala del uno al 10. La vida familiar alcanza el nivel más alto de satisfacción, pero no es el único factor. ¿Es posible hallar la felicidad en el dinero?
Felicidad y dinero, ¿dos elementos que van juntos?
Según un estudio realizado por la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard, liderado por el profesor Michael Norton, experto en administración de empresas, y el investigador Grant Donnelly, especialista en psicología, se examinaron los factores relacionados con la felicidad para las personas más ricas del mundo.
Para realizar este estudio, los investigadores entrevistaron a más de 4000 millonarios de todo el mundo con el fin de comprender el efecto que tener dinero o fortuna tiene en la felicidad.
¿Cuáles fueron los resultados?
A pesar de que la riqueza creciente se relacionó con una mayor felicidad en ambas categorías, el estudio explica que aquellos que tienen recursos suficientes, pero no excesivos, siempre sienten que el dinero es insuficiente, lo que les impide gastar demasiado en cosas que desean. Además, para los individuos acomodados, la felicidad plena se asocia con poseer una gran cantidad de capital.
Por lo tanto, es solo de esta manera que el dinero proporciona felicidad: cuando hay suficientes recursos para pagar por comodidades y no existe la preocupación de que se agoten.