En Phoenix, de entre las cenizas del odio, regresó el amor al Tri

Los jugadores reaccionaron de manera diferente a otras ocasiones.

La reconciliación es un hecho. Media centena de aficionados montaron guardia a la llegada de la Selección Mexicana en el hotel de concentración ubicado a casi 40 minutos del State Farm Stadium.

Los jugadores reaccionaron de manera diferente a otras ocasiones. Parece que el aleccionamiento hecho por Juan Carlos Rodríguez incluye el apapachamiento de la afición.

Varios jugadores del Tri se tomaron fotos, firmaron autógrafos y saludaron con paciencia al contingente de nuños y adultos presentes en las instalaciones de uno de los hoteles más caros de la zona de Biltmore, y también afincando en medio de un serpenteo de lujosos espacios habitacionales.

Supuestamente era un secreto el sitio donde montaría su fortaleza el Tri de cara al partido de este jueves ante Haití, pero como siempre ocurre, los seguidores del Tri terminan teniendo un GPS para anticiparse y encontrarlos.

Algarabía plena. Incluso un pequeño le rindió homenaje a Orbelín Pineda al recibirlos con las famosas contorsiones del Maguito, despertando admiración y aplausos, por la seriedad de la ejecución, más allá de la autóctona peculiaridad de esa danza que parecería hurtada del repertorio de los matachines.

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