En 2010, Aram Bartholl, un artista digital, lanzó un proyecto denominado 'Dead Drops'. La idea, según explicó en la página web oficial del proyecto, era crear una "red anónima y sin conexión para el intercambio de archivos entre pares en el espacio público".
Los participantes del proyecto insertan memorias USB en paredes, edificios y esquinas "accesibles a cualquiera desde el espacio público". Para utilizarlos, simplemente se necesita conectar una computadora portátil (u otros dispositivos compatibles) para compartir archivos e información.
Quienes deseen crear uno de estos Dead Drops en su ciudad deben adquirir una memoria USB, retirar su envoltura de plástico y cubrir los componentes electrónicos expuestos con cinta. En el dispositivo solo debe haber inicialmente un archivo readme.txt (leeme.txt) que proporciona información sobre el proyecto y que se puede obtener desde el sitio web oficial. Se requiere registrar el nuevo Dead Drop adjuntando tres fotografías de su ubicación, junto con información sobre la dirección, coordenadas, país y capacidad de almacenamiento.
La base de datos, accesible al público en el sitio web del proyecto, actualmente cuenta con 2.263 memorias USB registradas, con una capacidad total de 70.425 GB, más de dos mil personas se han sumado al proyecto.A pesar de que existe el riesgo de conectarse a algún malware el proyecto es muy popular, principalmente en Alemania y Estados Unidos.