'El precio de la fama... se disfruta, pero también duele'.
Un icono de la lucha libre en México es Gerardo Hernández Estrada, Jerry “El Puma” Estrada, orgulloso monclovense de la colonia Azteca, quien cristalizó su sueño de niño, llegar al ring de manera profesional, ganar fama, viajes y mucho dinero, con más de tres décadas en este ambiente se ha vuelto un referente a nivel mundial.
Periódico El Tiempo tuvo una charla con este emblemático personaje de la lucha, ¿cómo fue tu tiempo de inicio en la lucha libre?
“Para empezar, se originó por la motivación en mis tiempos era El Santo el que se miraba en las películas y es lo que admirábamos, queríamos ser como él, pero nunca pensé lograr hacer una trayectoria de esta magnitud en la lucha libre”.
La fama te lleva a muchas cosas buenas, pero también malas, ¿te sucedió?
“Cuando fui a México y la “pegamos”, vinieron viajes, dinero y fama y eso te motivas mucho para seguir adelante, pero también vinieron las drogas, mujeres y muchos problemas de salud, es como le dicen el precio de la fama, sí se disfruta, pero también duele”.
Siempre hay alguien que nos hace ser más fuertes en nuestra vida laboral, ¿para ti quién fue el contrincante más difícil?
“En el tiempo mío todos los luchadores estábamos verdaderamente preparados para dar buenas luchas, buen espectáculo, éramos gente preparada al cien por ciento, quien pisaba un ring es porque estaba preparado, unos tuvimos el carisma de sobresalir, otros no, pero era la misma escuela, todos eran rivales difíciles, para mi cada uno de ellos fue un reto”.
Los recuerdos buenos viven por siempre en la memoria, ¿la lucha que te dejó una mayor satisfacción?
“Siempre, todas, imagínate que de niño iba al cine y veía al Bluedemon señor, el Solitario, y de pronto, con los años luché con ellos. Quien iba pensar que los veía en el cine y luego paliaría con ellos, pero uno de mis mejores recuerdos fue una pelea a tres grados bajo cero, en Monterrey, fue un concierto de luchas y al día siguiente en los periódicos y la televisión fuimos la noticia del día, fue una gran experiencia porque se vivió una sana lucha libre, como le gustaba a la gente”.
Con el paso del tiempo, la lucha libre ha dejado de ser inspiración para muchos, ¿por qué ya no hay luchadores como los de antes?
“Teníamos escuela y después pruebas para ver si dábamos el ancho para subir a un ring, había disciplina respeto, ahorita ya no lo hay, esa es una gran diferencia?
Si tuvieras la oportunidad de volver a empezar, ¿volverías a ser un luchados?
“No, nunca más, después de tantas fracturas, de tantos días en cama, de tanto sufrir por salud, yo ya no volvería a luchar, la disfruté, pero ya no”.
Siempre de niños tenemos en la mente diferentes profesiones para ser de grande, de no haber sido luchador, ¿qué te hubiera gustado ser, qué era con lo que soñabas de niño?
“Me hubiera gustado ser doctor, pero económicamente no había nada de dinero, así que me fui por esta pasión y la verdad que sí fue una buena vida, agradezco siempre a mi familia porque nunca me han dejado solo”.
¿Creé que se necesiten más eventos de promoción de la lucha libre?
"Claro que sí, me gustaría que muchos niños y adolescentes se interesaran por este deporte, es precioso, con disciplina y mucho respeto se puede llegar hasta donde quieran, yo sólo les digo a los que tienen el sueño de convertirse en un luchador, que nunca dejen que nadie apague las ganas de estudiarlo, de prepararse, porque cuando se trabaja haciendo lo que a uno le apasiona verdaderamente que eso no es un trabajo, se disfruta y así vives una buena vida".