Dormir durante el día puede ayudar a las personas mayores con su agilidad mental, ya que reduce el encogimiento del cerebro.
A partir de los 35 años, el cerebro se encoge entre un 0,2 y un 0,5 por ciento al año, el ritmo se acelera después de los 60 años lo que puede contribuir al deterioro cognitivo y a la aparición de demencia.
Un estudio sugiere que las personas que toman siestas presentan un cerebro de mayor volumen, lo que significa que este hábito puede mantener tu cerebro de 2.6 a 6.5 años más joven en promedio según las estimaciones. Aunque no se ha establecido la duración ni la regularidad de las siestas, hay evidencia de que una siesta de 5 a 15 minutos beneficia al cerebro.
El sueño juega un papel muy importante al proteger el cerebro de los efectos del envejecimiento.