El filme "Elementos" describe un mundo ficticio llamado La Ciudad de Cristal, donde habitan familias que tienen las características del agua, fuego, tierra y aire.
Durante su infancia, el director Peter Sohn se sintió como un extraño en su propio entorno. Como hijo de inmigrantes asiáticos establecidos en Estados Unidos, recuerda su incapacidad para comprender el afán de sus padres por enseñarle una cultura que le parecía lejana, sentimiento que cambió con el tiempo.
“Ellos me enseñaban todo sobre una cultura en la que no crecí, y al principio yo sólo quería ser muy estadounidense, no quería ser coreano. Entonces era muy rebelde, pero a medida que envejecí, me llené de orgullo por la comida, el idioma, la cultura y ese aprecio por mis padres, que siempre he tenido, creció”, indica en entrevista.
Este sentimiento, explica el realizador, es más común de lo que parece en una sociedad construida por migrantes, como la estadounidense, donde miles de niños y adolescentes crecen con la disyuntiva de encajar cuando se les considera minoría, algo que los lleva a renegar de sus raíces. “Hay que comprender que este país está realmente formado por personas que vienen de muchos otros lugares, y el valor de esa diversidad es tan hermoso. Yo crecí en una tienda donde iba tanta gente diferente, traían sus culturas e idiomas. Ese sentimiento es hermoso y es algo que debe enorgullecernos”, añade Sohn.
Se anima a cuestionar. Esa sensación de pertenencia e identidad que llegó con el tiempo lo llevó a crear la historia de "Elementos", la nueva apuesta animada de Disney y Pixar que se estrena en cines del país el próximo 22 de junio. El filme describe un mundo ficticio llamado La Ciudad de Cristal, donde habitan familias que tienen las características de los elementos de la naturaleza: agua, fuego, tierra y aire. Al lugar se mudan junto a sus padres Ember Lumen, debido a que su ciudad de origen fue destruida, pero al llegar se encuentran con que la mayoría de los ciudadanos están hechos de elementos distintos a ellos. El papá de Ember pone una tienda dedicada sólo a los habitantes de fuego, como ellos, pero cuando Ember se molesta con los clientes, estalla y la llama que produce es capaz de destruirlo todo. “Lo que hay que entender es que somos mucho mejores como sociedad con empatía y comprensión de nuestras diferencias y, de hecho, no somos tan diferentes, creo que ese es un mensaje muy importante”, comenta la productora Denise Ream. Cuenta que creció rodeada de personas mexicoestadounidenses en Los Ángeles. “Para mí es importante que este filme sea visto por personas con raíces mexicanas, que se sientan orgullosas de ello. Yo misma siento una fuerte conexión con México y siempre bromeo diciendo que mi comida reconfortante es la mexicana, y cuando salgo de Estados Unidos vuelvo a casa y quiero comida mexicana”, dice.
Reconocer el valor de los padres. Ream asegura que esta cinta también busca generar empatía con los padres sobre el tema de la independencia personal y el agradecimiento hacia lo que hacen, algo también importante para las nuevas generaciones. “Honestamente, yo estaba ansiosa por ir a la universidad y por irme de casa y sólo cuando crecí me di cuenta de lo mucho que mi papá hizo por nosotros y cuánto se sacrificó.