La tecnología empleada ha generado grandes interrogantes frente al crecimiento del niño y su desarrollo.
La inseminación artificial es una técnica de reproducción asistida que se utiliza para facilitar el embarazo en casos de dificultades de fertilidad o para aquellos que requieren el uso de donantes de esperma.
Si bien se ha dicho que la inseminación artificial es un procedimiento médico que no implica la creación de un bebé “artificial” o “robot”, todavía existen muchos mitos frente al proceso y las tecnologías que se emplean para que el bebé sea concebido de forma natural.
Para empezar, es importante saber cómo ha evolucionado la tecnología en la inseminación artificial. A través de avances significativos, se han mejorado las técnicas de preparación del semen, la selección de espermatozoides, la monitorización de la ovulación y la transferencia embrionaria. Entre las tecnologías utilizadas en la selección de espermatozoides se encuentran la capacitación espermática, que permite separar y seleccionar los espermatozoides más móviles y de mejor calidad, y la técnica de inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI), que inyecta directamente un espermatozoide en el óvulo.
Qué tecnologías se utilizan. Los dispositivos tecnológicos son herramientas muy útiles en la inseminación artificial. Ayudan a los médicos a realizar el procedimiento de manera más precisa y efectiva, aumentando las posibilidades de éxito para las parejas que desean tener un bebé. Estos son algunos de los elementos que se utilizan: Incubadoras de cultivo embrionario: son como casas especiales donde se colocan los embriones en el laboratorio. Estas casas mantienen condiciones perfectas de temperatura, humedad y gases para que los embriones puedan crecer sanos y fuertes. Sistemas de microscopía invertida: son como lentes mágicos que permiten ver los embriones muy de cerca. Los médicos pueden observar y elegir los embriones más saludables para transferir al útero de la mujer. Centrífugas: son aparatos que ayudan a separar los espermatozoides más fuertes y rápidos del resto. Esto asegura que solo los mejores espermatozoides se utilicen para la inseminación. Equipos de criopreservación: son máquinas especiales que congelan y guardan las muestras de semen, óvulos o embriones para usarlos en el futuro. Esto permite que las parejas puedan guardar su material genético y utilizarlo cuando deseen tener un bebé. Sistemas de control y monitorización: son sistemas que ayudan a vigilar y mantener un ojo en las condiciones del laboratorio. Por ejemplo, pueden medir y controlar la temperatura y los gases para asegurarse de que todo esté en orden y los embriones estén en un ambiente ideal para su crecimiento. Aunque la tecnología ha mejorado las técnicas de selección de espermatozoides, optimizado el seguimiento y la programación, mejorado el cultivo de los embriones, facilitado la inyección directa de espermatozoides y permitido la criopreservación y el análisis genético de los embriones, no es cierto que el feto sea creado como algo “ficticio” o de “mentiras”.
Técnica. La inseminación artificial es simplemente una técnica que ayuda a facilitar la concepción en ciertas situaciones, pero los bebés resultantes son biológicamente humanos. Por ejemplo: Hay una pareja que desea tener un bebé, pero el esposo tiene problemas para producir suficientes espermatozoides o los espermatozoides tienen dificultades para llegar al óvulo de manera natural.