Cuando uno se pensaba ya que todos los reality shows del mundo estaban inventados, llegan los productores de Netflix y se sacan uno nuevo de la chistera. En condiciones normales la aparición de un reality show no sería noticia por aquí, pero este caso es especial puesto que adelanta un problema de nuestras sociedades que ya no es cosa del futuro, sino del puritito presente: los deepfakes.
En el nuevo programa de telerrealidad de Netflix, que ha sido bautizado como Falso amor, los concursantes se enfrentarán a la tecnología de los deepfakes. Para el que no haya oído hablar de ello, el deepfake es una técnica de inteligencia artificial que permite editar imágenes y vídeos para que muestren cosas que no han sucedido en realidad. Aunque lo que vemos en pantalla es falso, es muy difícil distinguir a simple vista que no se trata de algo real.
Juanra Gonzalo, Director General de la productora que ha diseñado este formato, explicaba el papel que jugarán los famosos deepfakes: “en un mundo que ve cómo la llegada de la inteligencia artificial está revolucionándolo todo, desde Cuarzo Producciones damos un paso más acercando este universo al entretenimiento en televisión de la mano de Netflix. Falso Amor plantea un nuevo escenario en las relaciones de parejas, donde la confianza puede verse quebrada por imágenes que pueden ser o no ser reales. La gran pregunta es si confiarán en lo que ven sus ojos o en lo que les dicta su corazón”.