El Real Madrid confirmó en la tarde del viernes 9 de junio lo que era un secreto a voces desde el mes de enero: la vuelta al club de Fran García.
El lateral izquierdo, canterano de La Fábrica, entró en el cadete B con 14 años y llegó hasta el Castilla. En la temporada 2018-2019 tuvo, además, la oportunidad de debutar con el primer equipo en un choque copero frente al Melilla al salir tras el descanso. En el verano de 2019 lo firmó el Rayo Vallecano que militaba en Segunda división, pero el equipo blanco siempre se guardó opciones para poder repescarlo. En este caso, abonará alrededor de 5 millones de euros a la entidad presidida por Martín Presa.
En los tres cursos que permaneció en Vallecas fue progresando notablemente hasta convertirse en uno de los mejores laterales de la Liga española. Su sociedad ilimitada con Álvaro García por la banda siniestra figura ya en la historia del club vallecano por todo lo que aportaron y generaron de forma continua cada semana los dos últimos años.
Fran García es una verdadera locomotora por su carril. Un jugador con gran proyección ofensiva, mucho recorrido, ida y vuelta y despliegue. A lo largo de los 90 minutos es un no parar de subir y bajar por la banda, y su enorme resistencia y físico le permiten mantener el nivel cuando a muchos jugadores les pesa el cansancio. Con el paso de los partidos también ganó en experiencia, sabiendo elegir los momentos en los que doblar a su compañero y proyectarse hasta línea de fondo. Es un jugador que apura todo lo largo del campo, que se pega bien a la cal para hacerlo ancho y que busca principalmente el centro. Dispone de un buen toque y realiza envíos envenenados entre el portero y la zaga o a media altura, buscando la cabeza de los delanteros. También ha ido mejorando en el aspecto de poder entrar por dentro a base de combinaciones o paredes.
En el apartado defensivo fue ganando enteros gracias a Iraola. No es su fuerte y tiene bastante margen de mejora, pero hay diferencia entre el Fran García que llegó a Primera y el que se ficha ahora el Real Madrid. Soluciona los apuros frente a los rivales por su velocidad, su aceleración en los primeros metros y su magnífica capacidad de reacción, pero puede evolucionar en la disputa, los choques y la agresividad.
Otra de sus cualidades destacadas es su regularidad y tolerancia a las lesiones. Es un futbolista que, pese a su tren inferior, no ha sufrido apenas problemas físicos, y un dato bastante revelador es que en la campaña recién terminada fue titular en todos los partidos ligueros del Rayo. Terminó como el cuarto jugador con más minutos (3408) de la Liga pero el primer futbolista de campo, puesto que los tres primeros fueron guardametas (David Soria, Alex Remiro y Mamardashvili).
En el apartado estadístico concluyó con tres asistencias y dos goles ante Atlético de Madrid y Barça en Vallecas. El logrado ante los colchoneros fue un disparo desde lejos, aspecto que se atreve a probar con frecuencia por su buen chut, y el anotado contra el Barça se dio tras robar en la media y presentarse como un rayo en el área de Ter Stegen, al que batió en su salida.
En esta segunda estancia en la casa blanca se reencontrará con Valverde o Ceballos, con los que coincidió aquella noche ante el Melilla, y con Vinicius y Rodrygo, con los que compartió vestuario en el Castilla. Con el primero jugó por la banda izquierda durante 20 minutos en un partido de la extinta 2ªB contra el Unionistas en el curso 2018-2019, y con el segundo en tres partidos del filial blanco en la división de bronce frente al Langreo, el Rayo Majadahonda y el San Sebastián de los Reyes en la campaña 2019-2020.
En resumen, una buena incorporación para el Real Madrid. Joven, ambicioso, de la casa, con capacidad de mejora y que viene repleto de confianza por sus buenas campañas en el equipo de la franja. Una opción de rotación para el lateral izquierd,o que era una de las posiciones que el equipo madridista tenía menos cubierta.