El boxeador mexicano se sinceró y reconoció que se le hizo fácil probar la droga, pero después se convirtió en un auténtico “infierno”.
Julio César Chávez es considero por muchos como el mejor boxeador mexicano de todos los tiempos y uno de los mejores de toda la historia del deporte de los puños.
Hablar de El César del Boxeo es hablar de su récord de 90 combates invicto, de sus campeonatos mundiales en tres diferentes categorías, de su marca de más defensas de título, es decir, hablar de éxitos y glorias sobre el cuadrilátero.
Sin embargo, hablar de El Gran Campeón Mexicano también es recordar su oscuro pasado que marcó su trayectoria como pugilista y que, hasta la fecha, sigue en su mente y recuerda con profundo sentimiento.
“Si yo no hubiera caído en las adicciones, habría sido el mejor peleador mexicano de todos los tiempos, habría llegado a 100 peleas invicto; si 90 peleas invicto no existe”.
“Yo probé la coca en la pelea del Macho Camacho, esa pelea fue una locura en Las Vegas, es algo increíble. Yo sentía que ya, ya tenía mis millones en el banco, mi avión privado, mis yates, entonces se me hizo fácil y dije ‘préstala para probar’, andaba desvelado y me cayó bien, dije ‘de aquí soy’”.