Escala al estatus diplomático que coincide con su posición de segunda economía más grande del mundo.
Desde que China abandonó su política de cero COVID a fines del año pasado, Beijing ha estado involucrado en una ráfaga de compromisos de Este a Oeste.
Una cumbre en Goa, India, ejercicios militares en Singapur y Sudáfrica, visitas de la canciller alemana y el presidente francés, así como las propias visitas del presidente chino Xi Jinping a Rusia y Arabia Saudita son solo algunos ejemplos de la reciente diplomacia de Beijing. Y aunque los líderes occidentales han hablado de desacoplar o eliminar el riesgo de los lazos económicos con China, la nación sigue profundamente integrada con la economía mundial y es el mayor socio comercial de más de 120 países. Atrás quedaron los días en que China era un solitario aislado o el gobierno chino parecía satisfecho con observar los asuntos mundiales en silencio desde la barrera. Ahora, Beijing está alcanzando el estatus diplomático que coincide con su posición como la segunda economía más grande del mundo. En un discurso en una conferencia de las Naciones Unidas celebrada para conmemorar el 50 aniversario de la adhesión de la República Popular China a la ONU, Xi abordó el ascenso diplomático de China y habló del compromiso de Beijing con un orden mundial definido por la búsqueda de la paz, la democracia y los derechos humanos, así como el rechazo del unilateralismo, la interferencia extranjera y la política de poder. A mediados de marzo, en una llamada reunión de diálogo entre partidos políticos globales en Beijing, Xi reforzó su compromiso con los mismos principios.
En su discurso de apertura, Xi presentó la Iniciativa de Civilización Global (GCI) como una forma de formalizar estos principios con el propósito adicional de alentar a los países a "aprovechar plenamente la relevancia de sus historias y culturas" y "apreciar las percepciones de valores de diferentes civilizaciones y abstenerse de imponer sus propios valores o modelos a otros". Con la Iniciativa de Desarrollo Global (GDI) y la Iniciativa de Seguridad Global (GSI) propuestas anteriormente, el GCI parece encapsular, aunque en términos amorfos, gran parte de la visión general del presidente chino para un nuevo orden internacional. "Sería un orden mundial sin límites a la China comunista".