El Barcelona femenil ya es campeón de Europa. Por segunda vez en tres años, en su tercera final consecutiva y cuarta en cinco temporadas, el equipo azulgrana conquistó la Champions en una final inaudita. En un partido difícil de creer y más de explicar. Venció al Wolfsburgo por 3-2 remontando el 0-2 con que el equipo alemán se marchó al descanso, en un resultado imposible de argumentar.
Como si de una pesadilla se tratara, a los dos minutos un error increíble de Lucy Bronze dejó el balón en pies de Ewa Pajor, que soltó un obús desde la frontal del área y colocó el 0-1. Hasta el descanso el Barça remató 15 veces a puerta y alcanzó una posesión cercana al 70 por ciento del tiempo... Pero fue el Wolfsburgo el que volvió a marcar, en otro error defensivo, esta vez de Irene Paredes, que permitió el remate de cabeza de Alexandra Popp. Fue una de las secundarias de lujo, Patri Guijarro, la encargada de devolver la justicia al marcador. Y lo hizo en un abrir y cerrar de ojos. Primero rematando a placer, desmarcada, una asistencia excelente, soberbia, de Graham Hansen, probablemente la mejor exterior del fútbol europeo. Y poco después de cabeza, ganando la posición entre las defensas para superar a Merle Frohms tras el centro, perfecto, de Aitana, la otra dueña del partido. Intentó cambiar el guión el Wolfsburgo cuando ya se vio por debajo en el marcador, pero mantuvo la frialdad y dominio el Barça.