La cantante de 76 años ofreció a sus fanáticos 30 de sus canciones.
Pocas veces la cortina prominente del Auditorio Nacional se encuentra cerrada minutos antes de un concierto, pero esta vez las luces apagadas no bastaron para anunciar el arribo del artista de la noche.
Detrás de esa tela de un rojo intenso se guardaba una voz aguardentosa e icónica con más de 50 años de trayectoria, lista para cautivar una vez más a su público, aunque el título de su concierto anunciara una inminente despedida en "La última parada".
Y para hacerla más de emoción, el mariachi y la banda salieron antes de la cantante Paquita la del Barrio, los primeros completamente de blanco, y los segundos con un saco verde intenso, con la consigna en la espalda "Los inútiles".
Con ese humor y alegría comenzaba el show, con la canción "Tu no me vas a hundir" interpretada por la voz principal del mariachi cuando de pronto la cortina se abrió y ahí apareció, sentada en una silla enorme, Paquita la del Barrio.
Con una leve sonrisa esbozada en el rostro, contrastando con su siempre rígido semblante, completamente vestida en un atuendo largo, tan largo como verde, en tono pistache, con vivos en oro, anillos y pulseras en las manos, así se arrancó con el primer tema dolido de la noche.
Quieta en su silla, siendo empujada de un costado a otro de la tarima por los miembros del staff, fue como Paquita, sin mayor esfuerzo, cantó cerca de 30 canciones de forma consecutiva, salvo algunas pausas para agradecer y carcajearse con su público por las ya conocidas letras de sus canciones.
"Me saludas a la tuya", "Tres veces te engañé", "Cheque en blanco", fueron las que particularmente pusieron a cantar al público.
Y pese a sus 76 años, y los problemas de salud a los cuales se ha enfrentado, Paquita continuó con el buen ánimo, riendo cuando sus mariachis le bailaban sensualmente.
Paquita baila con fan
E incluso en un momento del show, cuando un fan decidió subir al escenario para regalarle un ramo de rosas rojas, Paquita se puso de pie para bailar, con pasos pequeños pero memorables, provocando la emoción y fervor en las 10 mil almas bohemias del Auditorio Nacional.
"Muchas gracias, gracias de verdad, no puedo explicar ni agradecer todo lo que han hecho por mí, de verdad muchas gracias", expresó conmovida Paquita, quien constantemente se limpiaba el sudor de su frente con toallas, e incluso llegó a brindar con un vaso jaibolero lleno de alipús.
Incluso se dio el lujo de presentar una canción inédita, que no se quedó atrás en cuanto a referencias en contra de los hombres "La oreja de la vaca", "lejos del sexo y cerca de los cuernos".