Arturo Zayún González, asevera que esta ha sido 'la más difícil y retadora' de las negociaciones que ha enfrentado la organización sindical.
El saldo, después de 3 años de conflicto en el Sindicato Nacional Independiente de Trabajadores del Monte de Piedad, es de 300 trabajadores despedidos -entre ellos los secretarios seccionales de 8 entidades- negociaciones salariales sin incremento, y cambio de estrategia para evitar la huelga, pues ello habría significado la desaparición de su contrato colectivo de trabajo.
En entrevista. previo a la realización de su 34 Congreso Nacional Ordinario, Arturo Zayún González, hace un recuento de la “más difícil y retadora” de las negociaciones que ha enfrentado la organización sindical, “porque lo que se busca a toda costa es desaparecer el contrato colectivo de trabajo”. Zayún afirmó que “éste es un sindicato democrático y de lucha. Hemos pasado por tres huelgas en la historia, de las cuales hemos salido adelante porque hemos defendido nuestro Contrato Colectivo de Trabajo; sin embargo, la ambición de la gente que quiere dominar en todos los aspectos en las Instituciones, han puesto en aprietos a las organizaciones sindicales”, expresó en la inauguración del Congreso cuyos trabajos permitirán delinear una nueva estrategia para enfrentar las demandas y negociaciones que provienen de la directiva del Monte de Piedad. Con más de 200 años de creación, el Monte de Piedad, fue fundado en México para ayudar a las clases que menos tienen y así es como se debe mantener, afirmó Zayún, quien destacó que ahora quienes están al frente del Monte, quieren hacer una financiera. “No ha sido el mejor tiempo para nosotros y los 2,500 afiliados. Somos los trabajadores quienes estamos dando la lucha. Desde el Sindicato hemos utilizado todos los recursos humanos para sacar adelante nuestros CCT. Después de la pandemia llegaron los despidos, argumentando que no había recursos, ha sido una lucha de gran desafío”, afirmó. A la lista de acciones que se han presentado el patronato del Monte de Piedad, además de la liquidación de trabajadores -hasta la fecha 300-; se suma la presión para impedir la legitimación del contrato colectivo o la imposición de un sindicato.