Son casi 3 meses desde que iniciaron las protestes y aún no se tiene solución, mientras los enfermos siguen sufriendo sin insumos.
La agonía acecha a la clínica del ISSSTE y con ello a los derechohabientes, a quienes por falta de insumos pareciera como si los dejaran morir, mientras los trabajadores siguen laborando bajo protesta y los pacientes sin recibir medicamentos o atenciones, ninguna autoridad ha puesto la vista a la institución a pesar de ser federal.
La protesta que inició desde mediados del mes de marzo continúa, las lonas y quejas exigiendo la destitución de la directora Susana Nájera siguen en pie, los maestros y trabajadores del gobierno tampoco son escuchados, pues a diario pasan penurias y malos ratos en la clínica que no cuida de su salud y mucho menos su integridad.
Cronología de protestas. A pocos días de haberse iniciado con la manifestación de los empleados quedo en evidencia la mala infraestructura del hospital, pues a pedazos se comenzó a caer el techo del quirófano, además de otras salas, y aunque por un tiempo los trabajadores fueron obligados a continuar bajo estas circunstancias según María Castillo delegada del sindicato, los trabajadores dejaron de acceder debido al gran riesgo que corría su vida y aún más la de los pacientes. Fue así que desde el pasado 28 de mazo las intervenciones quedaron suspendidas y en su lugar algunos casos son enviados al hospital Amparo Pape o sitios privados en los que, claro, el paciente debe cubrir los gastos.
Luego, el 10 de mayo, los docentes de la región decidieron unirse a la manifestación de manera pacífica, solicitando una plática con la directora y el administrador Juan Carlos Villa, para que, fueran ellos quienes resolvieran algunos de los problemas por los que los maestros pasaban al no ser atendidos, Arturo Gómez coordinador de la Sección 5 de maestros contó que, el diálogo es una de las mejores opciones, pero al estar cansados de las necesidades fue que, una gran cantidad de catedráticos acudieron a las afueras del hospital para alzar la voz.
El hecho más reciente es encabezado por el grupo de jubilados del ISSSTE, quienes el pasado 24 de mayo decidieron unirse a la manifestación, por lo que acudieron con pancartas y mensajes contundentes a la clínica para solicitar ser atendidos con dignidad, además lanzaron una amenaza y en caso de no dárseles solución el próximo lunes podrían asistir a la clínica para impedir el paso de los doctores y derechohabientes, colocando candados en cada entrada.
Riesgo. Un claro ejemplo de los pacientes que se mantienen en agonía y desesperación es el de la jubilada Martha García Solís, quien padece de un aneurisma que debe ser operado cuanto antes.
Dicho padecimiento ya lo había enfrenado en el año 2022, donde fue intervenida de manera particular, pues aunque para ese tiempo el quirófano si funcionaba no se tenían citas o se contaba con lo suficiente para que fuera operada, por lo que no le quedó otra opción más que buscar atención particular a sus 67 años de edad.
Sin servicio. “Me salió carísimo porque aquí no hacen nada, me tenían esperando y mi operación era urgente porque mi aneurisma media 5.6 y no podía llegar a 6 porque explotaba y me podía morir, ahorita necesito otra y por supuesto que no me atenderán, ni los medicamentos me dan” relató Martha.
Gastos. Su primera cirugía necesitó de un tratamiento subsecuente, pero desde julio del año pasado en el que se le realizó no ha recibido ninguno por parte de la clínica, ya que, se le informa que no tienen, no les llegan y no se dan abasto, mientras tanto tiene que buscar de manera particular de adquirirlo y mensualmente gasta 9 mil pesos, sin contar que acude a chequeos y estudios en Monterrey, incluso tiene uno pendiente el cual tiene el valor de 33 mil pesos.
Desesperanza. La afectada dijo estar cansada de las limitaciones que se tiene en el hospital y mantenerse muy preocupada por su estado de salud ya que, nuevamente necesita ser sometida a cirugía, pero de nueva a cuenta, no tiene buen panorama para ser atendida en el ISSSTE. “Esta pal perro nadie nos hace caso y no nos dan lo que necesitamos, no es fácil buscarlo por mi cuenta” finalizó.
Al parecer la clínica se mantiene en riesgo de ser cerrada por los mismos jubilados, hartos de no ser tratados dignamente y por si fuera poco estar en riesgo cada que acuden, ya que algunas áreas del lugar tienen malas condiciones y ya ha habido desprendimientos de lozas, sin embargo, no ha existido autoridad que ponga sus ojos y de soluciones para sus propios trabajadores y derechohabientes que tienen un papel en la estructura del gobierno.