Kevin Berlín y Olimpiada café materializan el sueño de toda una familia que quiere ver al clavadista mexicano en el podio de París 2024.
La inquietud, atrevimiento y amor por los deportes llevaron a Kevin Berlín a convertirse en un atleta de alto rendimiento. El futbol fue el primer acercamiento, pero cuando conoció la plataforma de clavados entendió que su destino estaba ahí. “Nunca le tuvo miedo a las alturas. Siempre fue bastante atrevido“, aseguró Lety Reyes, su madre, al contar la historia del clavadista que sueña con estar en sus segundos Juegos Olímpicos y se apoya en la venta Olimpiada café, el producto que recién sacó a la venta.
“Desde que vio la plataforma se enamoró de ella”, y es que la disciplina que descubrió cerca de los siete años le ofrecía la oportunidad de “competir, eso es lo que él disfruta”. Su madre amaba ver a su hijo libre a través del deporte, aunque para ella era solo la forma de enseñarle valores, disciplina y diversión. “Nunca fue la idea que lo hiciera como profesión”, señaló.
El talento de Kevin lo llevó a ser considerado como uno de las promesas con proyección hacia el alto rendimiento. Los sacrificios comenzaron a llegar cuando el muchacho tenía 11 años. La familia tocó puertas para abrirle camino a Berlín, para ello tenía que salir de su natal Veracruz.
“Era un niño que estaba creciendo, no estaba en su mente separarse de su familia“. A pesar de ello, el sueño de ser clavadista era más grande y la familia tuvo que dividirse en dos frentes, “yo me fui a vivir con él en México y mi esposo se quedó en Veracruz”.