La hijastra del acusado, solicitó durante más de dos décadas una revisión de la condena, ya que aseguraba que la persona encarcelada no era la correcta; el caso recién fue retomado en 2021.
El pasado 8 de mayo, un hombre de Nueva Orleans, Estados Unidos, salió de la cárcel luego de permanecer casi tres décadas encerrado por un delito que no había cometido. La historia se remonta a 1994, cuando fue acusado y condenado de haber violado a su hijastra, una niña de seis años. No obstante, él no era responsable del hecho y así lo aseguró ahora la víctima, quien jugó un papel fundamental para que recuperara su libertad.
Patrick Brown logró salir de prisión luego de que la oficina del fiscal del Distrito de Orleans Parish (OPDA, por sus siglas en inglés), dirigida por la División de Derechos Civiles, solicitara al tribunal la anulación de su “condena injusta” por violación agravada. Tras esto, se ordenó su liberación inmediata, según explicó un comunicado oficial.
Cuando inició el proceso legal en contra del hombre, la víctima, quien era menor de edad, no testificó. En su lugar, los adultos que la representaban culparon a Brown por algo que “creían que la niña había dicho”. Ocho años después, la entonces adolescente habló al respecto y pidió en repetidas ocasiones que se revisara el caso para corregir la injusticia y procesar al autor real del delito.
La solicitud de la joven fue tomada en cuenta hasta 2021, cuando Jason Williams asumió el cargo de fiscal de ese distrito. El funcionario lanzó una apelación a la División de Derechos Civiles. Gracias a esto, se abrió una exhaustiva investigación del caso. Las autoridades corroboraron que el relato de la víctima, quien aseguró por más de 20 años que habían encarcelado a la persona incorrecta, coincidía con las evidencias recabadas en 1994. Por ende, Williams solicitó que el tribunal rectificara de inmediato la injusticia.
Un atropello y una injusticia
Williams declaró en el comunicado oficial que atender a las víctimas y sobrevivientes de agresiones sexuales era una prioridad en su oficina, por lo que consideró “increíblemente desalentador” que las autoridades hayan descartado e ignorado las inquietudes de la hijastra de Brown por tanto tiempo. “Cuando alguien es condenado injustamente, no solo es un atropello para la persona a la que le roban años de su vida, sino que también es una injusticia para la víctima y la gente de Nueva Orleans, porque se deja que el verdadero perpetrador dañe a otros”, dijo.
Por su parte, Emily Maw, jefa de la División de Derechos Civiles, señaló que el caso presentó tres principales injusticias:
- El hombre equivocado estuvo en prisión por 29 años.
- El culpable no fue investigado ni enjuiciado.
- La víctima no solo tuvo que soportar el trauma de una agresión sexual infantil, sino que también tuvo que lidiar con el hecho de que un hombre inocente fuera condenado mientras que el delincuente estaba en libertad.