El aumento de las tasas de interés que han llevado a cabo los bancos centrales de diversos países para detener la espiral inflacionaria podría provocar una desaceleración de la economía global en lo que resta de 2023, advierte un estudio de la Dirección General de Finanzas del Instituto Belisario Domínguez (IBD) del Senado de la República.
El documento titulado "Dinámicas de la inflación mundial: análisis y perspectivas", elaborado por el investigador Jaime del Río Monges, explica que debido a la pandemia de Covid-19, fue necesario implementar medidas contracíclicas para mitigar su impacto económico, específicamente, a través de la inyección de recursos para financiar dichas medidas.
A su vez, la disrupción en las cadenas de suministro mundiales, sobre todo en China tras las medidas sanitarias de contención, generaron "cuellos de botella" en el comercio de insumos y productos, lo que provocó presiones alcistas en precios.
Por otro lado, el estudio del IBD destaca que la invasión de Rusia a Ucrania en febrero de 2024 generó una elevada incertidumbre y volatilidad, lo cual, aunado a sanciones impuestas a Rusia, derivó en incrementos significativos en los precios internacionales del petróleo.
En ese sentido, apunta que la relación de largo plazo entre los precios internacionales del petróleo y sus derivados, y los precios internacionales de diversos alimentos; impactos climáticos y medidas proteccionistas de algunos países productores de cereales también contribuyeron a la escalada de precios de alimentos.
El documento resalta que, ante este panorama, los bancos centrales se han visto obligados a poner un freno a la espiral inflacionaria mediante políticas monetarias restrictivas en la forma de incrementos en las tasas de interés de referencia.
Por ello, dado que mayores tasas de interés reducen el crecimiento económico, se espera una desaceleración de la economía mundial en 2023 con relación al año anterior.