— José Luis Adriano 10/05/2023
La máxima exponente del Taekwondo nacional en la historia describe las sensaciones de ser madre.
Cuando tiene a su hija en los brazos, la sonrisa de María del Rosario Espinoza es más brillante que nunca, su rostro se ilumina. Se siente plena, feliz, ser madre ha sido -como narra- ”la emoción más hermosa”. La máxima exponente del Taekwondo nacional en la historia describe las sensaciones de ser madre.
“Cuando subí al podio en los Juegos Olímpicos, el ver mi medalla olímpica fue lo más bonito que vieron mis ojos. Cuando tuve a mi hija, fue lo más emocionante, lo más hermoso también, porque te imaginas muchas cosas cuando está en la panza, pero una vez que sale, que la tuve conmigo, todo cambió. Una medalla olímpica es orgullo, es inspiración a más personas, pero un hijo es dar vida, queda esa semillita en el mundo para ti“, expresa mientras mira a su pequeña sonreír.
La pequeña María Jannet acompaña a su mamá al Centro Nacional de Alto Rendimiento (CNAR). Juega, ve a los atletas y a su progenitora como toda una campeona, ahora que es entrenadora del equipo de parataekwondo. Quizá la pequeña no lo sabe aún, pero su madre es una mujer histórica en el olimpismo tricolor.
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