Una enorme nube de polvo alrededor de una de las estrellas más cercanas y brillantes del cielo nocturno fue captada por astrónomos a través del Telescopio Espacial James Webb (JWST) de la NASA.
Los expertos lograron para obtener increíbles imágenes del polvo cálido alrededor de una estrella joven cercana, llamada Fomalhaut, con el fin de estudiar el primer cinturón de asteroides visto fuera de nuestro Sistema Solar en luz infrarroja.
Pero para su sorpresa, las estructuras polvorientas son mucho más complejas que los cinturones de polvo de asteroides y Kuiper de nuestro Sistema Solar. Es que la imagen revela tres cinturones anidados que se extienden a 23 mil millones de kilómetros de la estrella. Eso es 150 veces la distancia de la Tierra al Sol. La escala del cinturón más externo es aproximadamente el doble de la escala del Cinturón de Kuiper de cuerpos pequeños y polvo frío más allá de Neptuno.
Los cinturones de polvo que rodean a la joven estrella caliente, son los desechos de las colisiones de cuerpos más grandes, análogos a los asteroides y los cometas, y se describen con frecuencia como “discos de desechos”. Esa estrella puede verse a simple vista como la más brillante de la constelación austral Piscis Austrinus.
“Describiría a Fomalhaut como el arquetipo de los discos de escombros que se encuentran en otras partes de nuestra galaxia, porque tiene componentes similares a los que tenemos en nuestro propio sistema planetario”, explicó el astrónomo András Gáspár de la Universidad de Arizona en Tucson y autor principal de un nuevo artículo en la revista Nature Astronomy, en el que describe el hallazgo. “Al observar los patrones en estos anillos, podemos comenzar a hacer un pequeño boceto de cómo debería ser un sistema planetario, si pudiéramos tomar una imagen lo suficientemente profunda como para ver los planetas que podrían integrarlo”.
El Telescopio Espacial Hubble y el Observatorio Espacial Herschel, así como el Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), han tomado previamente imágenes nítidas del cinturón más externo. Sin embargo, ninguno de ellos encontró ninguna estructura interior a la misma. Pero el Webb sí lo hizo ahora. Los cinturones interiores han sido resueltos por primera vez por Webb en luz infrarroja.
“Donde Webb realmente sobresale es que podemos resolver físicamente el brillo térmico del polvo en esas regiones internas. Así que puedes ver cinturones internos que nunca antes pudimos ver”, agregó Schuyler Wolff, otro miembro del equipo de la Universidad de Arizona.