Shanlin Ke, investigador postdoctoral en Liu´s Health y autor principal de la investigación, informa que las emociones y la forma en las que las manejamos, por sorprendente que parezca, pueden influir en la microbioma intestinal; y así mismo, la microbiota podría influir en nuestras emociones.
Además, según informa Laura Kubzansky, profesora en la Chan School, de Harvard, se ha observado que las emociones negativas y la regulación emocional sana, se vinculan a mayor longevidad; por otro lado, las emociones negativas, se relacionan a más riesgo de enfermedad cardiovascular y mortalidad.
Microbioma intestinal y emociones están más unidas de lo que se piensan
Esta nueva investigación, publicada en la revista Psychological Medicine, ha venido a confirmar que entre la microbioma intestinal y las emociones, hay una fuerte conexión, ya que los resultados arrojaron que las mujeres con emociones negativas reprimidas, tenían una microbiota menos saludable.
Para lograrlo, se requirió de estudiar los datos de más de 200 mujeres que estaban inscritas en el subestudio de mente-cuerpo del Nurses’ Health Study II, y que se encontraban en la mediana edad, y se obtuvieron datos importantes por dos vías, para después compararlos y encontrar alguna relación:
- Se les realizaron cuestionarios para evaluar sus emociones en los últimos 30 días, tanto positivas (sentirse feliz o esperanzada del futuro), como negativas (tristeza, miedo, preocupación, desesperanzada, depresiva, solitaria, inquieta).
- Se solicitaron muestras de heces (luego de 3 meses de las encuestas), para analizarlas.
Tras hacer una evaluación de la información encontrada, los autores de la investigación se dieron cuenta de que algunas mujeres que reprimían sus emociones, aparentemente tenían menos diversidad de bacterias en la microbioma intestinal, mientras que en las mujeres más felices, ocurría lo contrario.
“Algunas de las especies que se mostraron en el análisis fueron previamente vinculadas con peores resultados de salud, incluyendo esquizofrenia y enfermedades cardiovasculares. Los vínculos entre la regulación de las emociones y la microbioma intestinal, pueden afectar la salud física y explicar cómo las emociones tienen influencia en la salud”, informó la primera coautora del estudio Anne-Josee Guimond.
Las emociones también influyen en el metabolismo
Además de la diversidad de las bacterias en la microbioma intestinal, los investigadores también intentaron de ver si es que había alguna correlación entre las emociones y las actividades funcionales del intestino y las bacterias que ahí se encuentran.
Así, encontraron que cuando una persona tenía más emociones negativas, tenía una mayor correlación con una disminución en la capacidad de realizar actividades que se relacionaban con el metabolismo.
Otros estudios, previamente han encontrado que estas afectaciones en la microbioma intestinal, podría afectar directamente la conexión que existe entre el cerebro y el tracto gastrointestinal, llamado “eje intestino-cerebro”, que si se altera, puede provocar varios problemas de salud mental, como ansiedad, depresión, y hasta trastornos neurológicos.
Además, según diversas investigaciones, se cree que en este eje intestino-cerebro, la microbioma intestinal juega un papel protagónico, y podría ser responsable de vincular la salud física y la salud emocional.