En el marco del Día de las Madres, Galilea Montijo confiesa que, pese a que es muy dichosa con Mateo, le habría gustado tener otra hija o hijo, sin embargo, le fue imposible volver a embarazarse debido a que su primer hijo lo tuvo a los 39 años, pero no congeló sus óvulos porque, hace años, no se hablaba tanto de esta posibilidad como se hace hoy día.
La conductora del programa de "Hoy" es una de las mamás del espectáculo más "preocuponas", como ella misma ha reconocido, debido a que en el momento en que Mateo, su unigénito, nació le surgieron todos los miedos que nunca antes experimentó y aunque asegura que, con los años, ha tratado de ser más flexible con su pequeño, no niega que lo sobreprotege para que nada malo le ocurra.
"Desde que Mateo nació he sido muy preocupona; todo me daba miedo e iba detrás de él siempre, hasta que me di cuenta que parte de ser mamá es dejarlos que se golpeen y aprendan", contó a "TVyNovelas".
Pero así como Mateo que, en la actualidad tiene 11 años, ha crecido, su madre también lo ha hecho y, sobre la marcha, ha aprendido de los gajes de ser madre, pues asegura que una de las cosas que más se le dificulta de la maternidad es soltar los miedos que producen el deseo excesivo de que las hijas y los hijos no tengan que afrontar sufrimientos y momentos complicados.
"Como madre o padre, siempre tienes (miedo) de que les pase algo, quieres tratar de meter a tus hijos en una burbuja para que nunca sufran, que nunca lloren, pero te das cuenta de que eso es parte de la vida, de dejarlos crecer, de dejarlos volar, de dejarlos madurar", refirió.
Por ello, desde su trinchera, ha tratado de solar a Mateo a quien le permite que sostenga charlas con sus hermanos mayores y su padre, pues como hombre necesita tener ese trato con el lado masculino de la familia, pues para Galilea es importante dejar que su hijo desenvuelva su personalidad.
Aunque claro, la conductora reconoció que hay angustias que no pueden disiparse tan fácilmente, debido a que se encomienda a Dios para que proteja a Mateo y no le pase nada cuando ella no puede estar cerca de él. "Mi corazón siempre está con mi hijo y siempre estoy pensando: ´-Diosito, cuídamelo, por favor, donde quiera que esté, si se sube a los juegos que esté bien, que no se caiga...".
Otro de los grandes pesares de Montijo es el sentimiento de culpa que le genera tener que dejar a Mateo por largas jornadas para ir a trabajar, sin embargo, cumple con todos sus compromisos laborales justamente porque todos sus esfuerzos los realiza para ofrecerle una vida mejor, en la espera que el día de mañana pueda ver todos los esfuerzos que hizo por y para él.
En este sentido, Gali confió que le hubiera encantado darle una hermanita o hermanito a Mateo, pero que fue su edad lo que se lo impidió, pues cuando tuvo a su único hijo ya tenía 39 años y aunque, en su momento, creyó que podría tener más descendencia, con el tiempo se dio cuenta que no serían tan sencillo como pensó, por lo que lamentó no haber congelado sus óvulos a tiempo.
"Si hubiera comenzado más joven a tener hijos... porque yo me embaracé a los 39 años y me arrepiento porque me hubiera gustado, por lo menos congelar mis óvulos", destacó. Pero no lo hizo y no por falta de deseos, sino por desconocimiento. "Yo pensaba: ´-Si ya pude tener uno, puedo tener otro´, pero la vida se te va en un abrir y cerrar de ojos", puntualizó.