Guillermo Ochoa se encuentra viviendo su segunda etapa en el futbol europeo con la Salernitana de Italia, equipo en el que se ha vuelto figura, pero para lograrlo, el portero mexicano se ha tenido que reinventar.
En 2011 decidió dar el salto al viejo continente, tras ser el mejor portero de la Liga MX y un ídolo de la entidad azulcrema, aunque, no llegó a un equipo top y se terminó enfundando en la camiseta del modesto Ajaccio, equipo con el que descendió en 2014.
Tras una extraordinaria participación en la Copa del Mundo de Brasil 2014, Memo se fue a jugar con el Málaga de España, equipo de media tabla en LaLiga; sin embargo, siempre estuvo a la sombra de Carlos Kameni y nunca se pudo hacer de la titularidad.
Fue entonces, que decidió salir de la escuadra malaguista en busca de sumar minutos, por lo que se fue al Granada, equipo con el que también perdió la categoría, por lo que terminó emigrando a Bélgica para jugar con el Standard de Lieja.
Al ver su carrera estancada en Europa, decidió volver a México para rescatar su nivel. Con las Águilas llegó hasta la Final del Apertura 2019 y fue el capitán del equipo debido a su gran desempeño.
Llegó el Mundial de Qatar 2022, donde volvió a ser figura del Tricolor al atajarle un penal a Robert Lewandowski. Fue entonces, que Ochoa le puso fin a su ciclo en el América para regresar a Europa.
Pese a que la Salernitana es un equipo modesto, el portero mexicano se ha convertido en figura en muy poco tiempo debido a sus buenas actuaciones, sobre todo ante los equipos top de Italia, por lo que ha callado las críticas en su contra y se habla de que a sus 37 años puede dar el salto a un grande.